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Resumen
Existen diversas concepciones acerca del perfil del docente universitario, pero los más difundidos a través del quehacer del docente son tres: el primero, considerado por muchos como un perfil en decadencia (el tradicional), surgido de las ideas de Juan Amos Comenius y San Ignacio de Loyola, basada en la disciplina como componente fundamental en la enseñanza, muestra un docente dueño del aula y del saber, que dice la última palabra y que es valorado por su sapiencia. El segundo, es el denominado perfil por competencias que cuenta entre sus principales exponentes a Perrenoud quien considera que el docente actual para cumplir con la misión de formar profesionales competentes debe, a su vez, cumplir con una serie de competencias que le permiten desempeñarse con total idoneidad y cumplir a cabalidad con el encargo que le ha hecho la sociedad. Perrenoud y otros seguidores de esta concepción, presentan diferentes argumentos acerca de cómo debe ser el docente "competente". Por último, el Brasileño Paulo Freire, concibe el ejercicio docente como una labor netamente humana, liberadora, de amor y de esperanza, que requiere de un docente que se conciba como parte de los problemas que aquejan a la sociedad, y no alguien alejado de ellos. Que piensa y siente como sus estudiantes, que no se concibe como dueño del saber porque sabe que ese saber lo construye en su accionar con los otros individuos con quienes interactúa, los estudiantes.
La pregunta que surge una vez desarrollado este artículo, es: ¿Cuál es entonces el perfil que más se adecua a las necesidades de la sociedad actual? no pensada esta sociedad sólo desde los requerimientos económicos y sociales, sino, y ante todo, desde las necesidades éticas, solidarias, humanísticas que tanto aquejan a esta sociedad.
Palabras clave:
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