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Resumen
Nuestros ojos son detectores que han ido evolucionando para detectar ondas de luz visible. La luz visible es uno de los pocos tipos de radiación que puede penetrar nuestra atmósfera y que es posible detectar desde la superficie de la Tierra.
La radiación infrarroja se encuentra comprendida entre el espectro visible y las microondas. Las ondas infrarrojas tienen longitudes de onda más largas que la luz visible, pero más cortas que las microondas; sus frecuencias son menores que las frecuencias de la luz visible y mayores que las frecuencias de las microondas. El término infrarrojo cercano se refiere a la parte del espectro infrarrojo que se encuentra más próxima a la luz visible; el término infrarrojo lejano denomina la sección más cercana a la región de las microondas.
La fuente primaria de la radiación infrarroja es el calor o radiación térmica. Cualquier objeto que tenga una temperatura superior al cero absoluto (-273.15 °C, o 0 grados Kelvin), irradia ondas en la banda infrarroja. Incluso los objetos que consideramos muy fríos -por ejemplo, un trozo de hielo-, emiten en el infrarrojo. Cuando un objeto no es suficientemente caliente para irradiar ondas en el espectro visible, emite la mayoría de su energía como ondas infrarrojas. Por ejemplo, es posible que un trozo de carbón encendido no emita luz visible, pero que sí emita la radiación infrarroja que sentimos como calor. Mientras más caliente se encuentre un objeto, tanta más radiación infrarroja emitirá.
Hoy en día, la tecnología infrarroja tiene muchas aplicaciones interesantes y útiles. En el campo de la astronomía infrarroja se están realizando nuevos y fascinantes descubrimientos sobre el universo. En medicina, la radiación infrarroja es una herramienta de diagnóstico muy útil. Las cámaras fotográficas infrarrojas son utilizadas en actividades policiales y de seguridad, así como en aplicaciones militares y de lucha contra incendios. Las imágenes infrarrojas se emplean para detectar pérdidas de calor en edificios y probar sistemas electrónicos. Los satélites infrarrojos monitorean el clima terrestre, estudian modelos de vegetación, llevan a cabo en estudios geológicos y miden las temperaturas oceánicas.
Hay especies de escarabajos como Melanophila acuininata, que evolutivamente han desarrollado una especial sensibilidad a la radiación infrarroja de una longitud de onda entre 2,2 y 4 m. que les permite aviso de incendios forestales en una distancia de hasta 50 kilómetros. Se trasladan a los bosques destruidos por el fuego, a copular y depositar sus huevos en la corteza de los árboles quemados que no tienen enemigos naturales que se pueden encontrar (Schmitz 2004).
La detección de la radiación se realiza por dos órganos hoyo que se encuentran en la parte inferior del escarabajo. Cada una de ella está formada de unos 70 sensilla que están respectivamente, inervadas por una sensilia mecano receptora. Durante años, Schmitz (2004) y compañeros entomólogos han especulado que el escarabajo Melanophila acuminata, utiliza sensores de pelos modificados para recoger las señales que indican que el calor es intenso.
Palabras clave:
Citas
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