EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LOS RESULTADOS DE LA PRUEBA SABER 11° EN LOS CONTEXTOS RURALES DEL MUNICIPIO DE JAMUNDÍ

 

Enna Karina Fernández Beltrán

Institución Educativa General Santander, Jamundí. Colombia

ennabeltran.est@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0000-0001-6839-5115

 

Diego Mauricio Morales

Institución Educativa Industrial Técnica España. Jamundí. Colombia

diegomorales.est@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0000-0003-0447-4564

 

Johana Tatiana Ortiz Gil

Institución Educativa General Santander, Jamundí. Colombia

johanaortiz.est@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0000-0002-1853-177X

 

DOI: 10.37594/dialogus.vi9.715

Fecha  de  recepción:06/04/2022              Fecha  de  revisión:14/04/2022                 Fecha  de  aceptación:15/05/2022

 

RESUMEN

La invisibilización de los contextos rurales quedan en descubierto en los resultados arrojados en las Pruebas Saber 11° en pandemia y post-pandemia, especialmente en el análisis local del municipio de Jamundí, en relación con las diversas estrategias virtuales y remotas implementadas por comunidades para acceder a la educación a pesar de la emergencia sanitaria. Este artículo analiza objetivamente desde una mirada didáctica para reflexionar y abrir una discusión que incluya las realidades y necesidades de los territorios ubicados en las zonas distantes de la cabecera municipal que presentan serias carencias en términos de vías de acceso, conectividad e infraestructura. Finalmente se recomienda al Ministerio de Educación Nacional unos puntos que contribuyan al mejoramiento de la calidad de la educación en zonas rurales de Colombia.

 

Palabras clave: educación rural, conectividad, calidad educativa, evaluación, pruebas estandarizadas, pandemia, brecha social.

 

 

THE IMPACT OF THE PANDEMIC ON THE RESULTS OF THE 11TH TEST IN THE RURAL CONTEXTS OF THE MUNICIPALITY OF JAMUNDÍ

ABSTRACT

The invisibility of rural contexts is revealed in the results obtained in the Saber 11 tests in pandemic and post-pandemic, especially in the local analysis of the municipality of Jamundí, in relation to the various virtual and remote strategies implemented by communities to access education despite the health emergency; This article objectively analyzes from a didactic perspective to reflect and open a discussion that includes the realities and needs of the territories located in distant areas of the municipal capital that present serious deficiencies in terms of access roads, connectivity and infrastructure. Finally, it is recommended to the Ministry of National Education some points that could contribute to the improvement of the quality of education in rural areas of Colombia.

 

Keywords: rural education, connectivity, educational quality, evaluation, standardized tests, pandemic, social gap.

 

 

INTRODUCCIÓN

El presente artículo tiene como propósito dar una mirada a la educación en un contexto local frente a la prueba SABER 11 y las abismales brechas existentes en los contextos rurales del municipio de Jamundí que quedaron al desnudo durante la pandemia en post-pandemia; permitiendo así brindar posibles soluciones. Este recorrido inicia en la contextualización del COVID-19, la incidencia a nivel mundial y la necesidad de establecer estrategias para la atención escolar.

 

En aras de cumplir con el propósito trazado, se revisa el desarrollo de la educación en el marco de la pandemia, precisando las realidades rurales, los acercamientos a una educación remota, el fracaso de la virtualidad, la influencia del conflicto armado y sus consecuencias.

 

En este sentido, se hace necesario un apartado exponiendo los esfuerzos del Ministerio de Educación Nacional, con diferentes estrategias y programas encaminados a la calidad educativa y a su vez una revisión crítica en sus alcances, limitaciones y omisiones.

 

Con el mismo lente, se revisan y analizan los resultados de la Pruebas Saber 11° desde los últimos cinco años, haciendo un mayor hincapié desde el año 2019 al 2021, reconociendo así el impacto de la pandemia. Y finalmente, las reflexiones frente a los hallazgos, buscando que la educación rural sea reivindicada.

 

La declaración del COVID – 19 como una pandemia en más de 190 países en el año 2020 trajo consigo un reto para la escuela. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en mayo del 2020, más de 1200 millones de estudiantes en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales en la escuela. Luego de cuatro meses de confinamiento total, el mundo intentó continuar el ritmo de la vida y con él, el regreso al proceso educativo de los educandos.


 

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, [CEPAL] (2020), a partir de un estudio realizado en 33 países de América Latina y el Caribe, las estrategias más usadas para la atención escolar durante el confinamiento fueron: 29 países realizaron instrumentos de aprendizaje autónomo y a distancia; 26 países lograron establecer comunicación en línea para acompañar el aprendizaje de los estudiantes; 24 países implementaron estrategias de aprendizaje fuera de línea y 23 generaron aprendizajes por medio de la transmisión de programas de radio y televisión.

 

PANDEMIA Y EDUCACIÓN

En Colombia, diferentes estrategias se empezaron a implementar para atender a los estudiantes sin que estos salieran de sus casas, las más usadas fueron el uso de plataformas virtuales, diferentes canales de comunicación y el envío de guías impresas, las cuales debían ser recogidas por los estudiantes en las instituciones educativas o en algunos casos estas le llegaban a su propia casa.

 

El municipio de Jamundí no fue ajeno a estas circunstancias, Jamundí está ubicado al suroccidente de Colombia, en el departamento del Valle del Cauca, éste cuenta con 16 instituciones educativas, seis de ellas en la zona urbana y 10 en la zona rural. Estas 10 se dividen: cinco en la zona rural plana en los corregimientos de Timba, Robles, Quinamayó, Villa Paz y San Isidro; las otras 5 se encuentran en la zona rural alta (definida así por su topografía) en los corregimientos de Potrerito, La Estrella, San Antonio, Villa Colombia y La Liberia.

 

Desafortunadamente, las estrategias para el regreso al proceso educativo en la zona rural   no obtuvieron resultado satisfactorio. Especialmente en la zona rural del municipio de Jamundí, puesto que sí en condiciones que se pueden llamar normales, la escuela de la zona rural está llena de carencias en recursos, en infraestructura, falta de docentes, personal de apoyo, materiales didácticos y sin conectividad y, además, muchas están inmersas aún en el conflicto armado, ¿qué podríamos esperar con esta coyuntura ocasionada por el COVID -19 en el contexto rural con todas estas dificultades?

 

El conflicto armado en Colombia es un flagelo que aún sufre las zonas rurales de este país. El cultivo de la hoja de coca, es el motor de esta situación y en el municipio de Jamundí al día de hoy es el lugar que tiene más de la mitad de la hoja de coca sembrada en todo el Valle del Cauca, según el Ministerio de Justicia y la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) pasó en los últimos 3 años de 60 a 1319 hectáreas de coca sembrada, esto significa que 1200 familias campesinas están dedicadas a la siembra de coca y como consecuencia la escalada de violencia ha sido evidente.


 

A una zona sin conectividad se le suma que la comunidad no permitió que los docentes se desplazaran al territorio a llevar las guías impresas, esto bajo el argumento de que temían que los docentes llevarán consigo el virus, pues la cuarentena en la zona rural alta fue mucho más estricta que en la zona urbana, además estuvo garantizada por comunidades indígenas y en algunos casos por grupos armados al margen de la ley.

 

Toda esta situación generó un abandono sustancial de las actividades escolares bajo esa modalidad de educación remota o asistida. Tras varios meses sin la presencia de la escuela en la comunidad, los estudiantes de la zona rural alta de Jamundí se dispersaron en sus territorios, en su mayoría se dedicaron las labores propias del campo en sus fincas tradicionales, aunque también un porcentaje de estudiantes se dedicaron a la recolección de hoja de coca; otros fueron seducidos por grupos armados al margen de la ley que operan en estas zonas y en el caso de las adolescentes algunas formaron familia y/o se embarazaron.

 

Lo anterior en palabras de Moreno (2013) se puede considerar como el fenómeno de deserción escolar ya que el estudiante abandona el sistema educativo a razón de varios factores que no le permiten avanzar en su escolaridad como las dinámicas propias de la escuela, el contexto social, familiar e individual, y otros aspectos como el poco poder adquisitivo o la carencia económica para resolver la inmediatez, el conflicto armado y el desplazamiento forzoso. Esto conlleva a agudizar la situación de marginación y rezago educativo de la población, ya que se minimizan las posibilidades de crecer y construir socialmente en la escuela y además de poder aportar a la comunidad desde los diferentes campos del saber con ideas y posturas críticas, lo que finalmente puede desencadenar en el poco desarrollo de la sociedad y el aumento en los círculos de pobreza.

 

Aunque el estado colombiano ha implementado estrategias a través de modelos educativos pensados para las zonas rurales, estas zonas siguen presentando condiciones que les desfavorecen, desempleo, pobreza extrema, analfabetismo etc. En general la zona rural en Colombia aún se encuentra en un estado de invisibilización y discriminación, pues continúan siendo territorios empobrecidos con posibilidades reducidas de acceso al sistema educativo, partiendo la ubicación geográfica, la lejanía, las trochas, la infraestructura, entre muchos factores que detienen el desarrollo pedagógico.

 

Es por tal motivo que se propone que la educación contemple los saberes, el contexto, que les enseñe a vivir y sobrevivir en un entorno que ellos pueden mejorar.es decir, currículos adaptados y flexibles; Que los saberes campesinos sean valorados, incluidos en el currículo, y por qué no, también en las pruebas.


 

CALIDAD DE LA EDUCACIÓN ESCOLAR

Si bien es cierto, hablar de calidad es un asunto complejo, desde la perspectiva de la educación, de los sujetos inmersos en esta acción dialógica, la diversidad de contextos donde subyacen y todo lo que implica apostarle a ella; esto no es algo aislado, se requiere de ampliar el horizonte de expectativas, es llegar hasta los caminos rurales, esos denominados popularmente “caminos de herradura” ir a los territorios para conocer las realidades.

 

Dentro de los esfuerzos del gobierno por apuntar a la calidad se han establecido estrategias pedagógicas, entre ellas “Todos a aprender” que inició en el año 2012 con el objetivo de mejorar los aprendizajes en las áreas de matemáticas y lenguaje de los niveles de básica primaria (primero a quinto) con modalidad en cascada, es decir, formadores que cualifican a tutores que llegan a   los establecimientos educativos, proporcionando herramientas educativas que respondan a las necesidades y especificidades del entorno. Sin embargo, han focalizado algunas escuelas, dejando otras por fuera de este foco, precisamente las zonas rurales altas de difícil acceso, tanto así, que los tutores tienen restringido llegar a estas zonas por todas las dificultades de desplazamiento y  de orden público, situación que es lamentable, porque los maestros sí llegan, ¿Dónde queda la igualdad de derechos? ¿O simplemente se convierten en privilegios?

 

Luego, se establece la herramienta “Día E” día de la excelencia, desde el 2015, es una herramienta que busca fortalecer los procesos educativos, haciendo un análisis de la situación actual de la institución para establecer acciones de mejoramiento desde preescolar hasta la media, fijando su índice sintético de calidad. Situación que ha llevado a una resistencia en los maestros y maestras y no basada en caprichos, sino es esas necesidades latentes de sus comunidades, donde no se desea deslegitimar la medición, pero se exigen condiciones e inversión, porque las necesidades no se deben naturalizar, es una cruda realidad que muchos docentes en Colombia trabajan a partir de la escasez, con inexistencia de infraestructuras, no obstante, todo lo quieren a alentar con la recursividad y creatividad del maestro y la maestra. Entonces, queda un sinsabor cuando se apuesta a “Colombia la más educada en el 2025” todo puede ser posible, pero en la medida que se garantice presupuesto y vías valiosas para el progreso territorial. De lo contrario continuaremos con simples slogan que impulsan las políticas públicas de calidad educativa.

 

Es aquí donde se debe trazar una línea que permitan apuntar al mejoramiento continuo, es la enseñanza y el aprendizaje contextualizado que trasciende al estándar del simple hecho de juzgar, tal como lo expresa el Documento 3 del Ministerio de Educación Nacional (MEN), teniendo en cuenta la autonomía en el aula con condiciones. Tal como lo expresa Székely (2013) “La educación es sin duda una de las palancas más efectivas para el desarrollo. En la educación convergen impactos económicos, políticos, de gobernabilidad, y un alcance que llega a prácticamente todos los sectores y familias de la sociedad.” (p. 11)

 

En ese orden de ideas, la línea trazada debe contemplar la relevancia del contexto, las raíces y la identidad de los sujetos que aprenden, porque desde allí se crea un ambiente de reflexión en torno al proceso de enseñanza, es más cercano lo que potencializa un verdadero aprendizaje significativo, lo que se aprenden lo dinamizan en su cotidianidad. Estandarizar ignorando toda    la multiculturalidad y pluralidad, no es el camino que favorezca a la calidad, sí para comprender un texto se debe conocer el contexto, cuánto más el contexto de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que aprenden. Mejía (2011) afirma lo siguiente:

“Propone una escuela que rompe los muros para ir a la comunidad, reconstruyendo las relaciones entre saber y conocimiento, en los cuales queden muy explícitos los elementos metodológicos como parte de la concepción pedagógica. Y en ese sentido busca la replicabilidad de esas transformaciones en los procesos escolares ligados    a los movimientos sociales, buscando que el educador no sólo controle los procesos técnicos que aplica y cambia en su práctica educativa, sino que también controle la reflexión y la fundamentación de esos elementos que constituyen la otra parte de la experimentación.”  (p. 34)

 

Desde el rol como maestros y maestras se debe establecer una pedagogía de mil colores, mil formas y mil texturas, que incluya a todos y todas, que permitan establecer una autonomía basada en la conformación de un currículo flexible y aterrizado a los intereses, necesidades y expectativas de los y las aprendices.

 

De la misma manera, promover el saber y el ser, en lo que se mencionaba anteriormente en la práctica de aula se hace indispensable negociar, crear andamiajes dinamizadores de los procesos de enseñanza y aprendizaje, esto implica que los maestros y maestras logren avanzar en otros mundos posibles, es decir, la práctica educativa tiene un diálogo constante entre las realidades, las nuevas tecnologías y las diversas maneras de comunicarnos, todo con el fin de construir ciudadanía sin abandonar su ser, siendo consciente que hay un mundo inmerso en múltiples transformaciones. Con esto los maestros y maestras realmente le están apostando a una “Reforma educativa” desde un enfoque diferente a lo planteado por el MEN, partiendo de lo propio atendiendo la diversidad de los estudiantes, adquiriendo sentido, valorando las diferencias para ser contundentes en el mejoramiento continuo y así realmente los estudiantes puedan saber y saber hacer con lo que aprenden.


 

RESULTADOS Y ANÁLISIS DE LA PRUEBA SABER EN EL CONTEXTO LOCAL

Entre los mecanismos que emplea el MEN para medir la calidad educativa están las pruebas estandarizadas, una de ellas es la Prueba Saber 11, aplicadas por el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES), las cuales indagan sobre el nivel de competencias alcanzado por los estudiantes a lo largo de su escolaridad (MEN, 2020). De acuerdo al MEN, los propósitos de la Prueba Saber 11 es establecer información que sirva como referentes para la construcción  de indicadores de calidad de la educación y al mismo tiempo elemento de inspección y vigilancia del servicio público educativo. También proporcionan información importante a las instituciones educativas para generar un proceso reflexivo acerca de las prácticas pedagógicas en aras de consolidarlas o reorientarlas.

 

A continuación, se presentan datos compartidos desde el área de calidad educativa de la secretaría de educación municipal de Jamundí (Rizo, A. comunicación grupal, 9 de junio 2022):

Gráfica 1: Promedio municipal 2016 - 2021.

 

De acuerdo a los datos suministrados en la gráfica el municipio de Jamundí siempre ha estado por debajo de la media nacional y según los promedios nacionales proporcionados por el ICFES, esta entidad territorial certificada (ETC) se encuentra en el puesto 50. Sin embargo, las estadísticas de los colegios de índole privado y las instituciones educativas (IE) urbanas muestran un promedio por encima de la media nacional. Mientras que las instituciones educativas oficiales de la zona rural han estado por debajo de los márgenes y promedios de lo nacional y lo territorial. Con ello, se puede afirmar que la brecha de la calidad educativa es muy amplia en las comunidades con territorios alejados de la cabecera municipal, lo que ratifica las carencias en la adquisición de competencias y niveles de aprendizaje que permitan a los estudiantes tener oportunidades como el ingreso a la educación superior.

 

Sin embargo, también hay un descenso en los promedios de cada uno de los grupos focales presentados ya que entre el 2019 y 2021, los colegios privados disminuyeron 8 puntos; las instituciones educativas oficiales urbanas, 4 puntos; la media nacional y territorial, 3 puntos. En tanto, el promedio de la zona rural no se vió afectado dado que subió un punto, pero continúa en un nivel bajo con respecto a los otros promedios.

 

Ahora bien, se revisan los promedios globales de la Prueba Saber del municipio, considerando sólo la oferta de educación pública en la IE oficiales. En la siguiente tabla, se muestran dichos promedios por institución educativa desde el año 2017 hasta el 2021 (Rizo, A. comunicación grupal, 9 de junio 2022).

 

PROMEDIO GLOBAL SABER 11° 2017-2021

ETC - Establecimientos educativos

2017

2018

2019

2020

2021

ETC JAMUNDI

258

254

251

249

248

IE Técnica Industrial España

281

277

274

273

266

IE Rosa Lía Mafla

274

272

253

260

258

IE Técnica Comercial LITECOM

266

257

259

251

251

IE Simón Bolívar

245

261

250

247

245

IE Central De Bachillerato Integrado

249

249

255

245

242

IE Alfredo Bonilla Montaño

236

234

231

235

242

IE Alfonso López Pumarejo

254

255

231

235

237

IE General Santander

245

237

220

227

236

IE San Antonio

236

222

202

220

231

IE Sixto María Rojas

224

235

210

222

216

IE Presbítero Horacio Gómez Gallo

227

229

225

213

216

IE José María Córdoba

205

206

209

202

211

IE Luis Carlos Valencia

212

219

205

205

203

IE Gabriela Mistral

225

229

178

200

198

IE General Padilla

243

228

235

234

185

Tabla 1: Promedio globales por IE

 

En la tabla 1, se denotan tres colores, el azul para caracterizar las IE urbanas; el color gris indica las IE de la zona rural plana y el verde muestra las de la zona rural alta. En las IE de la zona urbana del municipio hubo un leve descenso en el promedio global de la prueba con respecto al año 2019; entre tanto, las IE de la zona rural plana tres de las cinco disminuyeron el promedio teniendo en cuenta la cifra del 2019 y dos aumentaron el promedio global; por otro lado, en las instituciones ubicadas en la zona rural alta se presentó un fenómeno poco esperado, cuatro IE subieron los promedios globales en relación al año 2019, sin embargo, la IE General Padilla presentó un declive importante al caer 49 puntos en el 2021, pasando de la posición séptima a la décimo quinta.

 

Lo anterior deja al descubierto algunas premisas ya mencionadas en apartados anteriores ya que esta IE no logró regresar al aula de manera presencial por condiciones sanitarias y de salubridad mínimas para la atención de los estudiantes, además de la presencia de grupos al margen de la ley, poca o nula conectividad y las limitaciones de la población para el acceso a dispositivos electrónicos.

 

De esta manera se puede afirmar que el alcance de buenos resultados en la Prueba Saber 11 podrían estar condicionados al acceso y uso de herramientas de tecnología de la información y comunicación, el estrato socioeconómico y el contexto del estudiante, la escolaridad de los padres, sí la oferta educativa es pública o privada, la infraestructura de las IE e incluso el desplazamiento hacía el entorno escolar.

 

Por todo lo anterior se ratifica las consideraciones hechas por el Diario Criterio (2022) que dice que en Colombia siempre ha existido una diferencia entre zona rural y zona urbana en los resultados obtenidos en las pruebas del estado. Esto debido a las condiciones mencionadas anteriormente. Pero en tiempos de pandemia esta diferencia aumentó en contra de la zona rural ampliando la brecha existente.

 

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

A pesar de los avances planteados en la expansión del acceso a la educación en los últimos tiempos, también se ha generado una mayor segmentación de los logros y de la calidad de los servicios prestados (Acosta y otros, 2021). Esta situación ha desembocado en la perpetuación de la brecha de desigualdad entre generaciones, no porque unos tengan acceso y otros no, sino más bien porque la población tiene un acceso diferenciado respecto a la calidad educativa, así como a las oportunidades de interacción y la construcción de redes sociales y culturales para el futuro, lo que incidirá directamente en sus capacidades de desarrollo.

 

Antes de pandemia la zona rural ya sufría una desigualdad respecto a la zona urbana y durante la pandemia esta desigualdad se aumentó y lo vimos reflejado en las encuestas realizadas en las instituciones educativas que arrojaron que un 30% de los estudiantes no contaban con acceso a internet y en muchos casos ni siquiera con un dispositivo tecnológico, llámese teléfono celular, tableta o computador. Mientras que entre el 70% y el 80% de los estudiantes de contextos socioeconómicos más altos tienen computadoras portátiles en sus hogares, solo entre el 10% y el 20% de los estudiantes pertenecientes a quienes perciben menores ingresos cuentan con estos dispositivos (CEPAL, 2020).

 

Si bien es cierto que la brecha de desigualdad aumentó en las zonas rurales de Jamundí, vale la pena recalcar que la población estudiantil de la zona urbana también se vio afectada en el resultado de las pruebas SABER 11. (ver gráfica 1) Esto evidencia que las garantías para la educación pública no están plenamente dadas en todo el territorio nacional de la república colombiana. La falta de infraestructura, conectividad, personal docente, material didáctico, transporte escolar, alimentación, entre otras, son falencias que aquejan a todo el sistema educativo.

 

La premisa que se planteó durante el fin del confinamiento y en la implementación del modelo de alternancia, “la virtualidad llegó para quedarse” resulta falsa de acuerdo a la experiencia docente, debido a que tanto estudiantes como docentes manifestaron su deseo por la presencialidad total, porque las condiciones para la educación remota no estuvieron dadas. Otros factores como el contacto físico, social y la oportunidad de atender a los estudiantes en su totalidad, también fueron determinantes para añorar el regreso a la estructura física de los establecimientos educativos.

 

Finalmente, se permiten en este artículo brindar unas recomendaciones que desde una perspectiva objetiva que pueden ayudara fortalecer lascondicionesenlos diferentes establecimientos educativos oficiales de Jamundí.

 

-              Replanteamiento del currículo

La escuela debe pensarse en la reformulación de la enseñanza partiendo de los saberes previos e intereses de los estudiantes. En relación a ello, López (2006) plantea:

“Los habitantes del mundo rural, por sus condiciones de aislamiento, dispersión, su relación con el medio natural, las ocupaciones que desarrollan, sus formas particulares de vivienda y organización social, requieren una educación que dé respuesta a sus particularidades poblacionales. Tanto la Constitución de 1991 como la Ley General de la Educación prestan atención a las necesidades de la población rural estableciendo prioridades y parámetros para atender sus necesidades en materia educativa; sin embargo, el desarrollo práctico de una atención especial en educación es muy limitado”. (p 17).

 

-              Fortalecer el acceso y uso de dispositivos y tecnologías

El COVID 19 nos enseñó que en cualquier momento el mundo puede aislarse y debe hacer uso de la tecnología para continuar su marcha en el tema educativo. Es importante que el gobierno nacional invierta en formación para los maestros en uso de plataformas digitales, herramientas de evaluación y diseño, implementación y evaluación de estrategias didácticas y pedagógicas transversal izadas por la tecnología. De igual manera, es menester que las escuelas cuenten con suficientes dispositivos al alcance de los estudiantes, tablets, computadores de escritorio y portátiles deben convertirse en el equivalente a un cuaderno, esto con el ánimo de afirmar que debemos estar preparados, capacitados y dotados para atender una situación como la presentada y también para adoptar modelos híbridos que en algunos contextos determinados garanticen el acceso a la escolaridad de manera remota.

 

En la zona rural especialmente se debe robustecer la conectividad para que sea efectiva y permita que los estudiantes de estas zonas tengan un acercamiento al mundo externo. La creación de políticas públicas encaminadas a fortalecer la educación en zonas rurales con garantías y calidad de vida y equidad sin desconocer su modo de vivir.

 

-          Protección de la salud mental

Durante el confinamiento muchos miembros de la comunidad educativa presentaron episodios de depresión y ansiedad causados por la falta de contacto con sus compañeros. En el caso de los maestros, la falencia en el uso de dispositivos y plataformas digitales, y esto sumado a la poca participación en algunos casos de sus estudiantes en sus clases virtuales debido las fallas en la conectividad fueron causantes del aumento del estrés. De acuerdo a esto se plantea que se debe implementar estrategias que permitan monitorear la salud mental y emocional de docentes y estudiantes y que exista un acompañamiento psicológico para continuar las actividades curriculares.

 

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DIALOGUS ISSN Impreso:2519-0083. ISSN Electrónico:2644-3996. Año 6. Número 9. Junio - Noviembre 2022