ACTIVIDAD INVESTIGATIVA Y SU ROL EN LA EDUCACIÓN Y LA FORMACIÓN DOCENTE

 

Mercy Berrocal Ospino*

Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA, Colombia

meberros24@gmail.com

 

*INGENIERA AGRONOMA, Universidad de Córdoba, Colombia. Maestrante en Administración y Planificación Educativa, Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, Panamá

 

 

 

Jhoana Iglet Páez **

Docente en Gimnasio Mi Alegre Infancia – Montería, Colombia

 jhoana8026@hotmail.com

 

**LICENCIADA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN HUMANIDADES INGLÉS, Universidad de Córdoba. Colombia. Maestrante en Administración Y Planificación Educativa, Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, Panamá

 

DOI: 10.37594/dialogus.v1i2.482

 

 

Fecha de recepción: 19/11/2017                   Fecha de revisión: 2/11/2017                 Fecha de aceptación: 04/12/2017

 

RESUMEN

 

La investigación educativa es un proceso que lleva a la búsqueda de una explicación a los problemas de la realidad de la educación, análisis de datos el desarrollo de enfoques, entre otros; ayudándonos a realizar una planificación acordes a las políticas educativas nacionales. Al realizar una investigación educativa se busca encontrar soluciones a las necesidades sociales creando un impacto positivo mejorando la calidad educativa. Cuando un docente es quien decide implementar una investigación desde su aula, se tiene la concepción de que no puede combinar ambas actividades de forma eficiente, como si necesitase habilidades completamente diferentes y completamente opuestas. El docente puede considerarse un investigador y para ello necesita una formación metodológica sólida, si el docente cumple con dicha formación estaría en la capacidad de llevar a cabo una investigación educativa eficaz. Cuando un docente genera conocimiento desde su propia práctica o experiencia no debe parecernos algo anormal pues al reflexionar en torno a su quehacer profesional notaremos que el aula de clases es su laboratorio de trabajo y que su accionar pedagógico son sus intervenciones experimentales.

 


Los docentes necesitan tener las condiciones que les ayuden a realizar un buen trabajo de campo y esto solo puede lograrse por medio de centros formadores y del empeño de los propios profesores quienes deben buscar la liberación de tiempo para hacerlo y las herramientas necesarias para tal fin; cabe resaltar que un docente sin formación a través de la investigación no contará con las herramientas suficientes para realizar una buena actividad investigadora, es por esto que si queremos cambiar la forma en que los profesores se enfrentan a una investigación educativa se deben reorganizar o replantear los planes de estudio para los futuros profesionales docentes.

 

Palabras clave: Investigación, docente, educación.

 

 

INVESTIGATIVE ACTIVITY AND ITS ROLE IN EDUCATION AND TEACHER TRAINING

ABSTRACT

 

Educational research is the search for an explanation to the problems of the reality of education, data analysis, the development of approaches, among others; helping us to carry out a planning according to national educational policies. When conducting an educational research is seek to find solutions to social needs creating a positive impact by improving the quality of education. When a teacher is the one who decides to implement an investigation from classroom, is have the conception that can’t combine both tasks, as if he needed completely different and completely opposite abilities. The teacher can be considered a researcher and for this he needs solid methodological formation, if the teacher complies with said formation he would be able to carry out an effective educational research. When a teacher generates knowledge from own practice or experience, it should not seem abnormal because when reflecting on his professional work we will notice that the classroom is his laboratory and that his pedagogical actions are his experimental interventions. Teachers need to have the conditions that help them to do a good fieldwork and this can only be achieved through formation centers and the efforts of the teachers themselves who must seek the release of time to do so and the necessary tools for that purpose; It should be noted that a teacher without formation through research will not have enough tools to carry out a good research activity, which is why if we want to change the way teachers face an educational research is should reorganize or rethink study plans for future professional teachers.

 

Keywords: research, teacher, education.


 

El ser humano en el transcurso de su vida siente la necesidad constante de adquirir conocimientos tanto teóricos como prácticos, plantearse interrogantes y posteriormente intentar darles respuestas. Resulta importante que todo conocimiento teórico vaya de la mano con la práctica del mismo, de manera que pueda existir certeza de cada uno de ellos.

 

Con la globalización cada vez se demanda más la formación de sujetos críticos y multifuncionales y es aquí donde las instituciones educativas en general y en especial los docentes, juegan un rol de suma importancia en la formación de individuos con competencias críticas, analíticas, reflexivas, investigativas, argumentativas, entre otras; ya que los docentes de una u otra forma están en la capacidad de generar conocimientos a partir de su experiencia profesional y de fomentar en sus estudiantes el desarrollo de las competencias mencionadas.

 

Según Platón, el conocimiento es aquello necesariamente verdadero. Mientras la creencia y la opinión ignoran la realidad de las cosas, por lo que forman parte del ámbito de lo probable y lo aparente. Bunge (2004) afirma “La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: precisamente el más reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos”. Entendiendo así que para que pueda hablarse de conocimiento debe haber hechos que le otorguen a estos validez y/o verificabilidad para que no sean vistos como saberes basados en supuestos o que se queden únicamente en hipótesis; ya que para la ciencia el conocimiento se adquiere si se sigue un método que pueda probarlos, ya sea a través del método científico o experimental, o de los métodos deductivo, inductivo, inductivo-deductivo, analítico, sintético y cuantitativo-cualitativo, para que los objetos de estudio puedan ser probados y estudiados minuciosamente y no se queden solo desde el punto de vista de la lógica.

 

Sin embargo cabe destacar que para la obtención de nuevos conocimientos, no solo se debe seguir un método, sino que primeramente se debe plantear el realizar actividades de investigación, que son muy provechosas además de que juegan un papel importante para cualquier disciplina o rama del conocimiento, ámbito profesional o educativo, etc., porque permiten mejorar los procesos que se llevan a cabo dentro de una organización o institución educativa.

 

La investigación educativa es la búsqueda constante de una explicación a los problemas de la realidad de la educación por medio de nuevos conocimientos, análisis de datos, el desarrollo de enfoques y métodos que puedan interpretar los fenómenos de la educación, fomentando la implantación de nuevos modelos educativos y ayudándonos a realizar una planificación acorde a las políticas educativas nacionales.

 

Imbernón (2002) citado por (Vilchis, 2015) señala que, “en el campo educativo, una forma de cambiar y generar nuevo conocimiento se hace mediante la investigación, considerando la mejora como una forma de renovar las prácticas que se tienen dentro de las instituciones, además de las teorías y conocimientos que en ella se generan”. En la búsqueda de hacer una innovación o mejora en las instituciones, en sus procesos de enseñanza – aprendizaje es donde la investigación en la educación y por tanto en la formación profesional de los docentes juega un papel muy importante porque como se mencionó con anterioridad con la investigación es que se puede aprender nuevos conocimientos y buscar y obtener respuestas a todo aquello que nos preguntamos, que de una u otra forma nos causa curiosidad o nos inquieta no solo problemáticas de interés social sino también de su ámbito de estudio.

 

Al realizar una investigación educativa, se busca establecer una forma directa de encontrar soluciones a las necesidades sociales, debido a que su puesta en marcha debe crear un impacto positivo mejorando la calidad educativa y buscando una actitud crítica en relación a la eficacia y estructura del sistema educativo nacional.

 

Pocas veces discutimos sobre la pericia y la respetabilidad de quienes investigan ya sea porque pertenecen a centros de investigación o a instituciones de educación superior, sin embargo, cuando un docente es quien decide implementar una investigación desde su aula, se tiene la concepción de que no puede combinar ambas actividades de forma eficiente, como si necesitase habilidades completamente diferentes y completamente opuestas.

 

Atendiendo a lo anterior, cabe destacar que inicialmente el sistema educativo se cimentaba por los contenidos que estipulaba el estado, lo que generaba que el proceso de enseñanza tuviera una única metodología; lo que trajo consigo que el proceso de enseñanza - aprendizaje en las aulas fuera considerado como algo mecanizado (Preciado & Escobar, 2012).

 

Hoy el docente como uno de los principales actores del proceso educativo desempeña un papel activo en el alcance de uno de los principales objetivos de las instituciones educativas que es ofrecer una educación de calidad, ya que con las actividades de investigación tienen la oportunidad de contribuir en los procesos educativos de las instituciones. Debido a que se desarrollan nuevos conocimientos o en su defecto se profundizan los existentes. Además de que estarían contribuyendo en el fomento y desarrollo de habilidades que lleven al estudiante a buscar y por qué no, a buscar y producir también sus propios conocimientos.

 

El docente puede considerarse un investigador, y para llevarlo a cabo necesita más que poseer una formación profesional, necesita de una formación metodológica sólida, si el docente cumple con dicha formación estaría en toda la capacidad de llevar a cabo una investigación educativa eficaz y con toda la disposición de implementar cambios en el sistema educativo, construyendo o reconstruyendo el contenido que le será útil para cambiar su forma de ver las cosas y hacer pedagogía. No se requiere de un docente que desborde su propia capacidad pero si se desea un docente que implemente, evalué e innove en el aula.

 

Según Nielsen (1999) citado por Cajide, (2000), el trabajo del buen educador, en muchas ocasiones se acerca al modelo de investigación-acción, que se relaciona en gran medida con los problemas cotidianos que son vividos por los docentes y el cómo estos buscan hacerle frente al buscar alternativas de solución, que en su búsqueda generan teorías; este tipo de investigación se caracteriza por la observación, identificación de un problema, planteamiento de soluciones y comprobación de lo realizado para ajustar la metodología a la solución del problema.

 

En efecto, en muchas aulas de clases los docentes trabajan con esta metodología tratando de enfrentar los desafíos diarios que se tienen por delante, así que no debe sorprender que los profesores puedan encargarse de investigaciones fuera de un laboratorio, en la realidad compleja que se debe asumir en el día a día.

 

Sin embargo, muchas veces los conocimientos adquiridos por los maestros a través de la experimentación y que posteriormente son utilizados en su quehacer profesional, se pierden cuando estos son retirados o jubilados de la profesión; ya que solo en ocasiones estos saberes son socializados para someter sus teorías pedagógicas a debate. Por lo que hay un tipo de investigación que sistematiza los procesos investigativos realizados por docentes de forma individual y es la investigación-acción educativa (Restrepo, s.f).

 

En la educación la investigación en lo que respecta al docente para Preciado & Escobar (2012) el enfoque que se le da a ésta va encaminada hacia dos parámetros; el primero hacia los métodos y técnicas de enseñanza, los objetivos de aprendizajes, los medios didácticos de apoyo, el tipo y calidad de materiales usados en la enseñanza, etc. Y el segundo hacía la necesidad que el docente tiene para su formación presente y futura, y la estructuración y evaluación del currículo académico.

 

Asimismo, los paradigmas de investigación en la educación abarcan no solo problemas de conocimiento científico sino además teorías básicas de una determinada ciencia. Además, la investigación ha basado su observación y producción de conocimientos en dos enfoques


metodológicos, el empírico analítico o positivo, centrado en la racionalidad de las ciencias naturales, y el otro en un enfoque cualitativo que se centra más hacía la psicología, sociología, filosofía, etc., para la compresión de los procesos que se viven en la escuela (Murillo, s.f).

 

Si partimos de la base de que los docentes son profesionales y además competentes, es necesario admitir que su práctica no es solo un espacio de aplicación de saberes, sino que también es un espacio de producción de saberes específicos que proceden de esta misma práctica. (Murillo, 2006).

 

Cuando un docente genera conocimiento desde su propia práctica o experiencia no debe parecernos algo anormal pues al reflexionar en torno a su quehacer profesional notaremos que el aula de clases es su laboratorio de trabajo y que su accionar pedagógico son sus intervenciones experimentales. Según Bernardo (s.f.) Desde la investigación se han ido construyendo sistemas de ideas, conceptos, hipótesis, generalizaciones y postulados como concepción de la teoría pedagógica. Toda teoría busca el reconocimiento universal y a construir un campo intelectual en el cuál el maestro se identifique.

 

Se necesita implementar cambios en la forma en que un docente concibe una investigación y en la que lleva a cabo sus prácticas pedagógicas para hacer aún más efectiva la participación de todos los docentes, es por esto que es importante reorganizar muchas circunstancias que guían la formación inicial, la formación permanente y la misma práctica en sí.

 

Con la noción investigativa en el quehacer docente, resulta más fácil y efectivo transmitir los conocimientos. En el ámbito pedagógico, se investiga y se construye el saber disciplinar por parte de los estudiantes, así como el saber hacer para que el estudiante interiorice actitudes y valores (Restrepo, s.f.).

 

No es un secreto que realizar una investigación requiere de mucho tiempo y esfuerzo, y representa algunas dificultades que el profesional encontrará en su camino, no obstante, cuando un docente realiza una investigación educativa, ésta necesita de una indagación sistemática de su quehacer diario y en ocasiones por falta de tiempo o material para hacerlo, el docente difícilmente podrá realizar el proceso de introspección que se requiere en el aula.

 

Los docentes necesitan tener las condiciones que les ayuden a realizar un buen trabajo de campo y esto solo puede lograrse por medio de centros formadores y del empeño de los propios profesores quienes deben buscar la liberación de tiempo para hacerlo y las herramientas necesarias


para tal fin. Por otro lado el tener acceso a una asesoría en estas investigaciones se hace necesario, según Corrales & Jimenez (1994), que el educador puede y debe buscar la colaboración de un investigador educativo, que lo asesore para el estudio de algún problema específico de la enseñanza aprendizaje.

 

El profesional de la educación debe salir del aula, traspasar sus límites y percibir el proceso educativo desde un punto de vista más global, de esta forma generaría un campo de acción y reflexión más amplia, siendo allí donde el docente se convierte en un gestor dentro del sistema social y puede mostrar la importancia de la educación como formadora de ciudadanos, aunque, cabe resaltar que un docente sin formación a través de la investigación no contará con las herramientas suficientes para realizar una buena actividad investigadora, es por esto que si queremos cambiar la forma en que los profesores se enfrentan a una investigación educativa se deben reorganizar o replantear los planes de estudio para los futuros profesionales docentes acercando sus caminos hacia una práctica investigadora más productiva, eficaz y responsable.

 

Scheffler (1968), citado en Erdas (1987) señala que si concebimos la formación del profesorado no solo como la formación de quienes van a actuar individualmente en al aula, sino como el desarrollo de una categoría de intelectuales vital para una sociedad, advertiremos con más claridad el papel que el conocimiento de la educación y el análisis teórico desempeñan en este proceso: aun cuando este último no aumenta directamente la destreza, ambos suscitan el tipo de preguntas que los estudiantes de profesorado han de tener ante sí.

 

Asimismo, si el deseo es que el profesor posea las herramientas necesarias para objetar o refutar su quehacer diario, es importante que lo haga antes de que sus actividades del día a día minimicen sus intenciones y las apaguen completamente, ya que para ninguno es un secreto que son los primeros años de ejercicio docente los que arraigan las experiencias y al pasar del tiempo ya es muy difícil cambiarlas. Es en esos primeros años de práctica docente donde la formación recibida marca sus pasos y es en este período donde se debe fijar toda la atención y así formar las habilidades para la reflexión y sobre todo para la investigación.

 

Finalmente, durante los últimos años, resulta significativo el incremento de la formación en investigación en algunos programas de educación lo cual ha contribuido a formar al profesor con un énfasis intelectual y que aumente sus procesos de análisis de reflexión. En un estudio realizado por el gobierno distrital de Bogotá, se obtuvo que en lo respecta a las nociones de investigación dentro de los programas posgraduales el 80,3% de los estudiantes y el 69,4% de los docentes consideran que la formación que ofrece el programa responde a la transformación de la concepción


que se tiene del maestro y de su labor (Barrios & Herrera, 2016).

 

No obstante, se considera que aún hay mucho por hacer ya que lo que se busca es formar a los docentes para que se puedan enfrentar a los desafíos de formación e investigación que el mundo de hoy trae consigo con sus cambios constantes.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

Barrios, M., & Herrera, J. (2016). Formación posgradual en investigación y profesión docente. Voces y Silencios: Revista Latinoamericana de Educación, 7(1). doi: http://dx.doi. org/10.18175/VyS7.1.2016.03

 

Corrales, O., & Jimenez, M. (1994). El docente como investigador. Revista Educación. Recuperado el 23 de Marzo de 2019, de file:///D:/Users/User/Downloads/12684-Texto%20 del%20art%C3%ADculo-20710-1-10-20131205.pdf

 

Murillo, N. (s.f.). Investigación en educación. Recuperado el 23 de Marzo de 2019, de http://web.usbmed.edu.co/usbmed/CURSO_DOCENTE/PORTAFOLIO6/G6CAUCASIA_ NANCY_MURILLO_INFORMES_ANALISIS.pdf

 

Preciado, E., & Escobar, J. (2012). LA UTILIDAD DE LAS INVESTIGACIONES EDUCATIVAS EN LA PRÁCTICA DOCENTE. Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas. doi:https://comunidad.udistrital.edu.co/geaf/files/2012/09/2007Vol2No1-015.pdf

 

Restrepo, B. (s.f.). La investigación-acción educativa y la construcción de saber pedagógico. Revista Educación y Educadores, 7.

 

Vilchis, K. (2015). Investigación en la formación docente. Una mirada desde el currículo. Revista Iberoamericana para la investigación y el desarrollo educativo. Recuperado el 21 de Marzo de 2019, de https://www.redalyc.org/html/4981/498150318009/

 

DIALOGUS ISSN Impreso:2519-0083. ISSN Electrónico:2644-3996. Año 2. Número 2. Diciembre 2018 - Mayo 2019