CALIDAD EDUCATIVA, INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN

 

Mauricio Castaño Hinestroza

Maestrante Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, Panamá

mauriciojota@yahoo.es

 

DOI: 10.37594/dialogus.v1i2.480

 

 

Fecha de recepción: 07/01/2018                               Fecha de revisión: 08/02/2018               Fecha de aceptación: 06/03/2018

 

RESUMEN

El presente ensayo pretende dar una mirada crítica del hacer investigativo que es todo un ideal sin su realización en la enseñanza. Se pasa revista por la importancia y lo necesario que es investigar en el ejercicio docente, incluso se considera que uno y otro deben ir en dupla, el uno es solidario del otro, se retroalimentan. Igualmente se intenta explicar las razones que han imposibilitado para que este ideal se haya materializado. Se explora el quiebre del contenido a favor de la forma en el proceso de enseñanza, importa más la metodología que lo que se enseña, muestra de ello son las denominadas facultades de educación universitaria que se centran en este proceso de tan sólo la forma, sus egresados salen con grandes habilidades de fórmulas o métodos para enseñar pero no tienen ningún dominio de un saber específico o como se ha dicho una y otra vez son muy buenos en nada.

 

Palabras clave: Investigación, enseñanza, saberes

 

ABSTRACT

EDUCATIONAL QUALITY, RESEARCH AND EDUCATION

This essay aims to give a critical look at doing research, which is an ideal without its realization in teaching. The importance and the need for research in teaching is reviewed, it is even considered that one and the other should go in pairs, one is in solidarity with the other, they provide feedback. Likewise, an attempt is made to explain the reasons that have made it impossible for this ideal to materialize. The breaking of the content in favor of the form in the teaching process is explored, the methodology matters more than what is taught, an example of this are the so-called university education faculties that focus on this process only in the form, its Graduates come out with great skills in formulas or teaching methods but they do not have any mastery of a specific knowledge or, as has been said over and over again, they are very good at nothing.

 

Keywords: Research, teaching, knowledge

 

 


Una pregunta se impone en la educación: ¿a qué se debe su baja calidad?

Los esfuerzos de los gobiernos son grandes por mejorarla, se ha logrado casi que un cien por ciento de cobertura pero se carece de calidad según Saavedra & Forero (2018, p. 16) y ello equivale a una oportunidad perdida, una doble frustración tanto para el estudiante como para el Estado y la sociedad en general, ¿para qué una certificación cuestionada en donde no existe garantía de las competencias ofertadas? Al menos para el sentido común, por ejemplo, es un riesgo azaroso, incluso de vida o muerte, ponerse a la suerte del bisturí del inexperto o incompetente médico. Se evidencia entonces dificultades en la educación, en la enseñanza, que achacamos a la parcelación de los saberes, a una especialización del mundo del mercado e incluso a una actitud reivindicativa del magisterio que creyó que frenando los procesos de formación estaban combatiendo a su patrón denominado Estado. Es la reflexión que se quiere hacer en este breve escrito.

 

Lo ideal en el mundo de la enseñanza es que la investigación y la educación sean complementarias, se den en dupla, de manera simultánea, que quién investigue sea a la vez quién enseñe, quien difunda, quien transmita su conocimiento. Que el profesor investigador sea el revelador de la palabra inédita, que dé cuenta en el aula de sus hallazgos hechos en su laboratorio.

¿Quién más competente para contar sus resultados, sus novedades que el mismo investigador, quien los descubre, o incluso su compañero par? ¿Quién mejor que éste sabe de todos los periplos del hacer científico, quien más adecuado para darlos a conocer? En suma, la profesión de la docencia debe estar inmersa o familiarizada con la investigación. Pero ¿por qué este ideal es tan esquivo, tan lejano en el medio de la enseñanza y en especial en lo que atañe a la educación básica y secundaria?

¿Cuándo comenzó el desbarajuste?

 

Hubo un tiempo, allá en el tiempo republicano y comienzos del mundo moderno que la figura del docente era tan importante que estaba al mismo nivel del cura, el alcalde y el médico. Ellos eran tres figuras veneradas, respetadas y acatadas, modelos a seguir por la sociedad, todos ellos eran reflejo de competencia. Incluso desde la antigüedad griega hasta la edad moderna, los profesores eran esos sabios con un dominio de saber específico pero además se les llamaban así porque dominaban ciertos saberes que los hacían maestros integrales, porque dominaban algún campo de las ciencias duras y a la vez cultivaban los otros saberes de las ciencias blandas. Por ejemplo, Kant dominaba el saber de la ciencia mecánica pero también cultivaba las ciencias humanas, leía literatura, tenía intereses comunes a la vida.

 

En esta manera de proceder, los saberes no estaban partidos tajantemente como los conocemos hoy día, en donde cada quien se hace cargo de su propia parcela y se desentiende de las demás. Serres (2005, p. 1) lo señaló con acierto, comentando esa partición en donde por un lado tenemos Sabios Incultos y por el otro Cultos Ignorantes, esto es, tenemos hombres eruditos pero no han cultivado una disciplina en particular, saben mucho de todo pero de nada en particular, no practican una ciencia en el laboratorio; y por el contrario, tenemos hombres altamente competentes en una disciplina en particular, grandes matemáticos, grandes médicos, ingenieros, etc., pero sólo son muy buenos en esa parcela del conocimiento, no se sumergen en la literatura, pintura, música, en ese todo que complementa la vida. Para los primeros el bosque no les deja ver los árboles, para los segundos los árboles no les deja ver el bosque. Así, lo uno sin lo otro, da como resultado la pérdida de una integralidad requerida en el saber, en especial en cuanto a la enseñanza se refiere.

 

Y esta partición de los saberes lleva consigo una bifurcación, por un lado se toma partido por el mundo de lo abstracto, de la teoría, y por el otro el mundo de la experimentación, del hacer, en esta dinámica, en esta batalla librada se toma preferencia por lo abstracto en detrimento de lo concreto, y las consecuencias se trasladan al mundo de las profesiones que las hay de un lado y del otro. Existen las profesiones ensalzadas y las devaluadas, aquellas como las de médicos, ingenieros… y las devaluadas como las que pertenecen a lo mera artesanal como bien lo sugiere Mayor (2003, p. 35) Y este problema de la devaluación de lo artesanal viene desde la Grecia Antigua, los pensadores gozaban de un alto privilegio social mientras que los artesanos eran subvalorados.

 

Por esa vía se va derecho a una partición de los saberes, una partición que desvincula el mundo de lo concreto con el del pensamiento o la reflexión. Incluso con el mundo de los sentidos. Veamos porqué. La palabra saber está familiarizado con sabor, saber es saborear, gustar, la experiencia, la experimentación es fuente para el conocimiento, Serres (2005) nos recuerda lo importante de ello pero que a la vez fue despreciado por la cultura y por el mundo académico al tomar partido por lo sólo abstracto y dejar a un lado lo concreto. Por esta vía los sentidos privilegiados fueron las vista, con ella apreciamos las obras maestras de pintura por ejemplo, el oído a través del cual escuchamos sinfonías o las grandes composiciones musicales, el tacto igualmente importante en la escultura y escritura, pero en el gusto se sale mal librado, no existen la gran estética culinaria que se pueda apreciar en los museos, otro tanto sucede con el olfato en el cual no existe tampoco estéticas gustativas, sólo esas pequeñas excentricidades de la cultura de élite que han aprendido a apreciar la degustación del vino, pero nada que le iguale en estatus a los tres primeros. Aunque claro, cómo olvidar la cultura gastronómica que ha tomado fuerza en nuestro tiempo con los tours o los festivales en donde se ve un despliegue, pero repetimos, no está al nivel de los primeros que describimos.

 

¿Qué pasó entonces para que la figura del maestro se quebrara y se devaluara de forma tal que importara poco, al grado tal de convertirse en una figura de tercera categoría? Incluso devaluada hasta por los mismos docentes que la asumen como un escampadero frustrante mientras logran engancharse en el empleo de sus sueños. ¿Qué sucedió para que se propiciara el declive del maestro integral y emergiera el docente de mínimos? ¿Qué pasó para que se dejara el maestro sabio, el maestro que se informaba de todos los saberes y se tomará partido por la sola forma, por la mera metodología? Y este es otro campo, el campo de la pedagogía, recordemos las escuelas normales en donde se enseñaba a enseñar, eso era una Escuela Normal, allí se graduaban con el título de normalista, que significaba estaban habilitados para enseñar a enseñar. En estos dos temas, por lo menos, encontramos las razones del desastre: la devaluación de la profesión docente y la toma de partido exagerada por la pedagogía, exagerada porque desestimó los contenidos en pro de la forma, dejó a un lado el Qué y sólo se interesó por el Cómo. Y qué pensar de los gobiernos que han desestimado la enseñanza de la cátedra de historia en las instituciones educativas, decretan su no enseñanza, esto es un mensaje muy fuerte para el pensamiento, se carece así de herramientas para entender los procesos históricos en los que se sumerge un país, pues somos seres históricos.

 

En el mundo real de la disciplina pedagógica o mucho mejor, de las facultades de educación, unas bien distantes de las otras tanto en saberes como en sus bloques de edificios, en ellas los contenidos están disociados o desvinculados de la enseñanza, el Qué y el Cómo están divorciados el uno del otro, por un lado va quién investiga y por otro bien distinto quién enseña. Esta separación del saber pedagógico y del saber científico es fomentada desde las facultades de educación. En concreto los programas de las denominadas licenciaturas tienen prelación por la forma y no por el contenido, optaron por el Cómo y desecharon el Qué, el contenido. De allí salen graduados profesores bien embadurnados de las metodologías de la enseñanza, con muchas habilidades, con muchas destrezas en estrategias de cómo debe transmitirse pero no poseen un contenido, no dominan ningún campo del saber científico. El grave problema es que no fueron capacitados en un saber específico, no tienen competencia alguna en una disciplina científica, por eso se dice de ellos que son buenos en nada.

 

Alguien puede objetar que la profesión de docencia vale por sí misma si ha de tenerse en cuenta los valores o políticas curriculares definidas por el Estado, por el gobierno de un país, y en el cual se debe garantizar el afianzamiento de unas competencias que van desde lo socio afectivo hasta los dominios básicos de las operaciones matemáticas, biológicas, químicas, en suma, ciertos valores de las ciencias llamadas blandas y ciencias duras. Retomamos lo expresado renglones arriba, el saber concreto habilita el ser competente para dar los contenidos determinados por las políticas nacionales, la política curricular es una directriz de lo que debe enseñarse, por lo demás no es un cassette repetitivo que se pueda reproducir, por el contrario es fuente, es puntal de afianzamiento para inspirar y provocar mejores desarrollos.


 

Es lógico y comprensible que para un proceso de enseñanza es más efectivo que un profesor domine o haya sido formado en un saber específico, que haya terminado una profesión, es decir, que haya sido entrenado para desempeñarse en una área de la producción y luego la forma o la metodología vienen por añadidura. Es más factible que un investigador o un científico lleguen a ser buen profesor que alguien no lo sea, que no posea ningún dominio de un saber. Traemos a colación las mediciones sobre la calidad educativa hechas en Colombia y en donde relacionan los profesores que son profesionales, que fueron formados en algún saber específico como abogados, sociólogos, historiadores, etc, y los que sólo tienen el título de licenciado, correspondiente a lo expresado renglones arriba, estas personas sólo adquirieron una metodología pero no un contenido disciplinar, y los resultados de estas mediciones fueron que la calidad aumentó con los primeros, con los profesionales, y mejoró más aún con los que tenían un título de posgrado, según Cortés (2018, p. 1)

 

En suma, el Qué es indisociable del Cómo, incluso el uno está subordinado al otro, primero ha de tenerse un contenido para enseñar, para transmitir, y luego, después, casi que por añadidura viene el cómo, viene la metodología, la forma considerada más adecuada para movilizar el determinado saber. Es mucho más fácil o mucho más cómodo tener el Qué, el contenido, que el cómo, que la forma cómo ha de enseñarse. Resultaría bastante bochornoso imaginarse a un alguien parado frente a un grupo de personas que esperan de su interlocutor una revelación en la palabra anunciada pero a la final no tiene nada qué decir, no existe un contenido para transmitir, y a punta de la pura palabra vacía, de la pura verborrea, de la pura tarea lengueril no se espera más que el aburrimiento de sus escuchas. Entonces, lo ideal es tener un muy buen contenido, un qué para develar y una excelente metodología que garantice el éxito del mensaje a transmitir. Imaginamos algo así tal cual sucedió en su momento con la medicina, quien investigaba el cuerpo, quien lo exploraba, quien lo habría para comprenderlo, luego iba al aula a transmitir sus descubrimientos, incluso en muchas ocasiones frente al cuerpo abierto el médico maestro rodeado por sus alumnos explicaba sus hallazgos, aquí se muestra bien esa dupla de investigación y enseñanza operando de manera simultánea e integral. Incluso esta visión es próxima a la definición etimológica del término pedagogía que sugiere un viaje en compañía. “La palabra pedagogía deriva del griego paidos que significa niño y agein que significa guiar, conducir. El que conduce niños (Del gr. pedagogo παιδαγωγός) y pedagogía παιδαγωγική.”

 

Bajo este presupuesto cobra pertinencia la pregunta de cuál es el comportamiento de esta dupla en el sistema educativo y en especial en el que corresponde con el nivel de la básica secundaria y media vocacional, esto es lo que equivale en Colombia desde el grado primero de bachillerato hasta el grado once, en donde se deben asegurar, además de las competencias socio afectivas y lúdicas de la persona, las otras que tienen que ver con dominios y comprensión lectora, crítica, las operaciones básicas de la aritmética y matemáticas. Nos preguntamos por la investigación en relación con el ejercicio docente en el nivel básico y media vocacional, pues el universitario comporta otra dinámica que por lo general el problema sobresaliente es la escasez de recursos financieros, recortados cada vez más por el Estado, al cual le incomoda su autonomía curricular, llamada también libertad de pensamiento.

 

Si hubo algún intento serio, a decir del historiador Melo (2018, p. 87), fue con la expedición Mutis, pero este intento fue rápidamente abortado por los responsables del gobierno de ese entonces. De ahí para acá los currículos son sistemas de afianzamiento de la repetición y la memorización de fórmulas y doctrinas con sesgo de la religión cristiana impuesta por la corona española en sus territorios conquistados. Con los gobiernos republicanos y mejor aún los de la modernidad y en especial los del siglo veinte tuvieron una característica especial dado por el contexto político y social de la denominada lucha de clases que dividió a la sociedad entre católicos y ateos o entre conservadores versus liberales o comunistas. Después de la Revolución Rusa en 1917, el mundo fue dividido entre izquierda y derecha, y ello fue llevado al extremo con la llamada Guerra Fría, y en Colombia sus ecos fue la violencia bipartidista entre liberales y conservadores, los primeros tildados de comunistas de querer implantar una sociedad comunista bajo pretexto de querer una sociedad de mercado libre, liberal es decir, abierta al mundo del mercado, mientras que los conservadores propugnaban por conservar su sistema latifundista impregnado de unos valores católicos

 

En la lucha magisterial tomó un giro muy particular este combate reivindicativo, el enemigo era el Estado y para combatirlo era necesario, además de los paros, de las huelgas, desarrollar una actitud hostil y dicha lucha se trasladó a las aulas de clase, el maestro luchando también está educando se repetía como una manera de justificar dichas huelgas y de incentivar o instar a estudiantes y comunidad educativa en general para solidarizarse, pero el resultado, decíamos, fue que desarrollaron una actitud de desidia hacia su hacer pedagógico, lo común era ver un maestro de mínimos, alejado de grandes retos o esfuerzos que pudiera inspirarle su trabajo, más bien la mediocridad fue el refugio, la excusa hallada y así confundieron derechos laborales con responsabilidad en la calidad educativa, tanto es así que sinónimo de educación pública es la mala preparación de los estudiantes tanto para enfrentar la educación superior o el mundo laboral. Por ello se explica que cualquier padre de familia que quiera cifrar esperanzas ciertas en la formación de sus hijos, se los confía a la educación privada.

 

Otro punto es necesario subrayar, tiene que ver con las responsabilidades que le fueron asignadas a la escuela tanto en su nivel básico como secundario. Una de las tareas básicas entregadas a la escuela es la de asegurar competencias de conocimiento como el saber leer y escribir, capacidad de análisis con sentido crítico, ser creativos e innovadores, todo ello fallido, los estudiantes salen en la práctica como analfabetas funcionales, es la queja presentada por el mismo Estado y organismos encargados de estas valoraciones, incluso las mismas universidades se quejan de los estudiantes recibidos con tales falencias y las consecuencias son en alto porcentaje la deserción o mortandad académica, muchos primíparas tienen que dejar la universidad o son expulsados por sus bajos rendimientos académicos. Y otro tema crítico de las tareas asignadas a la escuela es la formación, refuerzo o afianzamiento de lo socio afectivo. Allí también se falla, allí también se saborea el fracaso, los conflictos de convivencia no paran, peor aún, aumentan tanto dentro de la escuela como por fuera de ella.

 

La pregunta por la calidad de la educación es constante si atendemos a las mediciones que nos dicen de los resultados frustrantes, las Pruebas Pisa y Saber así lo constatan de acuerdo a Saavedra y Forero (2018). Competencias básicas como saber leer y escribir, comprender la lectura de un texto, las operaciones básicas de la aritmética no salen bien libradas, nuestros estudiantes no las poseen, no las han logrado, los docentes no han hecho la tarea o la hicieron mal. Pongamos a consideración algunos aspectos.

 

El currículo según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia tiene un ochenta por ciento de obligatorio cumplimiento para todas las instituciones escolares, tanto las que comprenden la básica primaria, secundaria y media vocacional, el otro veinte por ciento corresponde a un cierto libre albedrío de cada institución para que realice su énfasis pedagógico de acuerdo al contexto local en el cual se desenvuelve la institución.

 

Sea lo primero anotar que el denominado Proyecto Educativo Institucional es una herramienta, un modelo que conduce a lo mejor del hacer pedagógico, pues allí converge de manera obligatoria involucrar una lectura del contexto inmediato en donde se halla la institución educativa, no sin antes partir de un currículo definido por el orden nacional que en porcentaje equivale a ese ochenta por ciento referido en el cual se incluye las costumbres, cultura e idiosincrasia del propio país y otros valores que son propios del orden mundial y que son exigidos por los organismos internacionales como la ONU, entre otros, que promueven sus propios principios que van desde una cultura de la convivencia en paz hasta las competencias que debe tener una persona en nuestro siglo, tales como tener prácticas de sostenibilidad con el entorno o el medio ambiente, entre otras. Cabe anotar que el concepto de comunidad educativa concebido en este Plan, es muy adelantado y le entrega mucho poder a los padres de familia, el mismo que no ha sido aprovechado, y así se pierde una buena contribución de control que podía ser posible por parte de padres de familia hacia el sistema educativo.

 

Esta manera de proceder, de lo general a lo particular, de un ochenta por ciento sugerido del currículo por el gobierno nacional y un veinte por ciento para que que cada institución en particular despliegue su creatividad para vincular su contexto, es, de hecho, una metodología curricular en donde se opta por el control desde el gobierno central hacia lo particular que representa cada institución en cada territorio de la nación. Una excepción se precisa con la Región o departamento de Caldas, también conocido como Eje Cafetero, y es que allí, sólo allí y no en el país entero, prosperó con éxito la metodología de Escuela Nueva, en su momento se esperó mucho del gremio de los maestros de todo el país pero por desfortuna decepcionaron, pues una metodología que daba posibilidades de independencia y creatividad fue abortada, y esto nos lleva a otra reflexión consistente en la concepción que tienen los maestros de lo público y de sus luchas gremiales y ya referido párrafos arriba, pero que reiteramos.

 

En el contexto de la luchas de clases, los maestros identificaron, asimilaron la escuela, su hacer pedagógico con el enemigo a combatir, con la lucha también se educa coreaban los maestros en sus huelgas, incluso arrastraban consigo a estudiantes y padres de familias para que salieran a las calles a enfrentar al patrón, léase gobierno. Esto fue y sigue siendo así, sinónimo de enseñar a medias, de enseñar mal o de manera mediocre era estar en pie de lucha, una forma de escudarse, de camuflar la mediocridad, y una forma errática de llamar a la movilización por mejoras salariales, pues básicamente a eso se reducían sus luchas, a unas mejoras en su paga y para nada se veía una propuesta de mejorar la enseñanza, de aventurar currículum de excelencia académica, entre otras cosas, viene a bien recordar la crítica hecha a las facultades de educación, pues se dedican con esmero a formar profesionales habilidosos en saber enseñar, en el CÓMO, pero por desgracia no los dotan de QUÉ, de un contenido, de nada vale saber enseñar si no se tiene una competencia en un saber específico. Un accionar político reivindicativo se apuntala en una estrategia equivocada que ataca la educación para el pueblo por el cual se dicen luchaban o luchan.

 

Referenciamos un elemento cualitativo en la enseñanza y no ya político. Se diferencia la enseñanza primaria de la secundaria, y a la primera le corresponde sólo centrarse en lo cualitativo del estudiante, mientras que a la secundaria sólo centrar su atención en la calificación cuantitativa. Mientras que en una se mira sólo la cualidad emotiva, social, lúdica, el progreso de esas competencias, y por lo general un solo maestro se dedica a un grupo a llevarlos en ese acompañamiento pedagógico, resaltemos, en un acompañante, de allí se verán a esos maestros de primaria entregados de un todo y por todo a sus pupilos, a sus hijos, pues muchos los consideran así.


 

Y entonces viene el rompimiento cuando terminan la primaria y empiezan la secundaria. Dos cosas básicas suceden: la calificación es ya cuantitativa y no cualitativa, la relación no son las competencias las cuales acompañaba el maestro sino una relación de número, de calificación, es una calificación que termina dando mucho poder perverso al docente en tanto que puede chantajear con la nota a cualquier estudiante que increpe su forma de enseñar…. Y como si fuera poco, los estudiantes que antes tenían un solo profesor acompañante ahora tienen varios, uno por materia o curso, son varios los dictadores de clase. Y esto, de seguro, explica tanta deserción escolar, además de la mediocridad académica que proveen la mayoría de los docentes, para así dejar en los últimos lugares de medición de calidad a la educación pública.

 

Es pertinente abrir un paréntesis. Alguien puede objetar la integralidad de los saberes, la imposibilidad existente para que una persona domine tanta y tan excesiva información que prolifera en estos tiempos de la internet, pero no olvidemos la solución dada con la vulgarización o difusión científica, que no es más que poner en un lenguaje comprensible de las gentes del común los saberes de la ciencia. Es un esfuerzo de mediación para poner al alcance del gran público los esfuerzos científicos, la ciencia al alcance de todos, y claro, el lenguaje desdoblado está a cargo de personas competentes, de los mismos científicos o incluso de algún profesional informado y con capacidad de transmitir al gran público.

 

Bien vale recordar el reclamo hecho alguna vez en Colombia en este sentido, editores de revistas de gran circulación, se quejaban de la falta de personas de ciencia capaces de traducir sus descubrimientos o teorías al gran público, se quejaban de que sus plumas eran áridas, lecturas pesadas, difícil de digerir para los lectores del común. Y este tipo de proceder les hacía parecer excluyentes, pues sólo se comunican en una jerga cientifista, sólo comprensible entre ellos, dejando al gran público por fuera de la discusión, privándolos de estar informados. Y por el contrario, la investigación científica debe estar al alcance del gran público que quiera informarse. Por lo tanto, no hay excusa para no saber de todo un poco si tenemos los mediadores, los difusores, los divulgadores científicos.

 

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Vincular en dupla la investigación y la enseñanza es provechoso para la educación, ello si se tiene presente que la investigación es un proceso normal y del diario vivir, quién no se genera preguntas de razón para explicar fenómenos propios que transcurren a la existencia, y con mucho más razón si se está un sector en el que se tiene relación con el conocimiento como lo es el ejercicio docente donde se pasa por la enseñanza, y en la cual la responsabilidad, tanto profesional como personal lo demandan, y que de ser juicios, a nuestro criterio, de ser sistémicos se tendría una buena reflexión en su quehacer, se tendría producción intelectual de corte investigativo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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DIALOGUS ISSN Impreso:2519-0083. ISSN Electrónico:2644-3996. Año 2. Número 2. Diciembre 2018 - Mayo 2019