MODELOS EPISTÉMICOS UNA RUTA EN LA PRAXIS INVESTIGATIVA

 

Darwin Yesid Hernández Hernández*

Docente entrenador del Centro de Investigación y Formación para la Educación Superior [CEINFES]

Docente de la Secretaría de Educación del Distrito - Bogotá - Colombia.

https://orcid.org/0000-0003-1616-773X

darwinhernandez@umecit.edu.pa

 

 

Diana Marcela Rivera Pérez**

Docente de la Secretaría de Educación Municipal de Soacha -Cundinamarca- Colombia.

https://orcid.org/0000-0002-5408-4751

dianarivera@umecit.edu.pa

 

DOI: 10.37594/dialogus.v1i7.456

Fecha de recepción:20/03/2021               Fecha de revisión:10/04/2021           Fecha de aceptación:21/04/2021

 


*Licenciado en Ciencias Sociales. - Universidad La Gran Colombia - Bogotá - Colombia. Especialista en pedagogía y docencia universitaria - Universidad La Gran Colombia - Bogotá - Colombia. Magíster en educación - Universidad Externado de Colombia - Bogotá - Colombia.

**Licenciada en Educación Básica con énfasis en Matemáticas - Universidad Distrital Francisco José de Caldas- Bogotá- Colombia. Especialista en multimedia para la docencia - Universidad Cooperativa de Colombia

-Bogotá - Colombia. Magíster en informática aplicada a la educación - Universidad Cooperativa de Colombia - Bogotá - Colombia.

 

RESUMEN

 

Este ensayo pretende establecer una aproximación a algunos de los modelos epistémicos existentes en los procesos de investigación, a partir de las relaciones entre la epistemología, la investigación y las teorías del conocimiento como sustento teórico. Se inicia con un acercamiento etimológico de la epistemología haciendo referencia a los procesos relacionados con la generación del conocimiento y su incidencia en la investigación; se continúa con el desarrollo de las teorías del conocimiento desde la posibilidad, origen y esencia del conocimiento (dogmatismo, escepticismo, subjetivismo, relativismo, pragmatismo, criticismo, racionalismo, empirismo, intelectualismo, apriorismo, objetivismo, realismo, idealismo y fenomenalismo) siguiendo la perspectiva epistemológica y, se finaliza, con la relación entre dichas teorías y los modelos epistémicos (positivismo, pragmatismo, pragmatismo sociológico, materialismo dialéctico, estructuralismo, empirismo, fenomenología y holístico), argumentando que las teorías son la base para la construcción de cualquier modelo epistémico. En este sentido, se presenta el cómo los modelos pueden converger en algunos elementos y fases comunes, dando origen a nuevos caminos en investigación teniendo en cuenta que estos deben responder, desde la filosofía, a interrogantes como ¿qué es conocer?, ¿para qué se conoce? y ¿cómo se conoce? Así mismo, para definir si un modelo es epistémico se debe analizar el conjunto de planteamientos, aportes, teorías y conceptos precedentes desde diferentes disciplinas convirtiéndose así en matrices de pensamiento que lleven a crear nuevas teorías. Por último, se señala que, en los procesos investigativos, el investigador tiene la autonomía para definir el modelo apropiado que le brinde las pautas y herramientas necesarias para direccionar su estudio, tomando en consideración la realidad en la que se encuentra y los propósitos que quiere alcanzar.

 

Palabras clave: conocimiento, epistemología, filosofía, investigación, método científico

 

EPISTEMIC MODELS A ROUTE IN THE RESEARCH PRAXIS ABSTRACT

This essay aims to establish an approach to some of the existing epistemic models in research processes, based on the relationships between epistemology, research and theories of knowledge as theoretical support. It begins with an etymological approach to epistemology, referring to the processes related to the generation of knowledge and its incidence in research; it continues with the development of the theories of knowledge from the possibility, origin and essence of knowledge (dogmatism, skepticism, subjectivism, relativism, pragmatism, criticism, rationalism, empiricism, intellectualism, apriorism, objectivism, realism, idealism and phenomenalism) following the epistemological perspective and, it ends with the relationship between these theories and epistemic models (positivism, pragmatism, sociological pragmatism, dialectical materialism, structuralism, empiricism, phenomenology and holism), arguing that theories are the basis for the construction of any epistemic model. In this sense, it is presented how the models can converge in some common elements and phases, giving rise to new paths in research, taking into account that these must respond, from philosophy, to questions such as: what is to know, what is the purpose of knowing, and how is it known? Likewise, to define whether a model is epistemic, it is necessary to analyze the set of approaches, contributions, theories and preceding concepts from different disciplines, thus becoming thought matrices that lead to the creation of new theories. Finally, it is pointed out that, in the research processes, the researcher has the autonomy to define the appropriate model that provides the necessary guidelines and tools to direct his study, taking into consideration the reality in which he finds himself and the purposes he wants to achieve.

 

Keywords: knowledge, epistemology, philosophy, research, scientific method.

 


EL PAPEL DE LA EPISTEMOLOGÍA EN LA INVESTIGACIÓN

La epistemología, también llamada teoría del conocimiento, desde sus inicios ha sido fundamental para los procesos investigativos, puesto que la misma palabra proviene de dos raíces griegas, episteme = conocimiento y logos = estudio (Jaramillo, 2003), es decir, que la teoría del conocimiento es una de las grandes ramas de la filosofía que estudia los fundamentos del conocimiento del hombre en su racionalidad.

 

Por consiguiente, cuando se habla de conocimiento es importante mencionar que es una virtud o una facultad que tiene el ser humano para tomar conciencia de todo lo que le rodea y, para comprender la concepción misma de las cosas con ayuda de los sentidos, que son los órganos de percepción iniciales en el proceso exploratorio, tal como lo afirma Ramírez (2009) “el conocimiento es el acto consciente e intencional para aprehender las cualidades del objeto primariamente, el Quién conoce, pero lo es también a la cosa que es el objeto, el Qué conoce” (p. 217) cabe mencionar que este conocimiento se produce o ejecuta gracias a las vivencias o experiencias que varían de acuerdo a la evolución del pensamiento del individuo.

 

Ahora bien, para hablar de conocimiento y de epistemología se debe partir por las concepciones filosóficas, iniciando por Sócrates, quien con su método, conocido como mayéutica (arte de dar a luz), afirma que el conocimiento verdadero procede de la razón de cada persona, es decir, se basa en la indagación y en la dialéctica para analizar y buscar la verdad, cuestiona todo aquello que se sabe o se asimila, elimina las pretensiones de certeza y, busca detalles para llegar a un entendimiento general.

 

Posteriormente, Platón establecía que existen dos clases de conocimiento: el sensible, que se relaciona con el olor, el sabor, el sonido, entre otros y, el inteligible, es decir, el que no usa los sentidos para llegar a un conocimiento; desde esta mirada, la episteme se concibe como algo que puede ser comprobable y verdadero siempre y cuando haya pasado por un proceso de instrucción y aprendizaje, en otras palabras, “el conocimiento sólo se puede inducir mediante la instrucción y el aprendizaje” (Masis, 2013, p. 3); por último, Aristóteles, gracias al racionalismo naturalista, concebía la epistemología como la ciencia que se basa en la realidad y se describe en caracteres racionales; señalando que existen “dos clases de dotación natural necesarias para todo conocimiento propiamente dicho: αἴσθησις y μνήμη (aisthesis y mneme): sensibilidad y memoria” (Betancourt, 2013, p. 37), es decir, admitía la realidad como un proceso en constante cambio que consiste en identificar la sustancia de cada cosa reconociendo las causas y los principios de los mismos.


 

Por otra parte, la investigación se presenta como un proceso en el que el investigador debe llevar un orden coherente entre lo que plantea y lo que realiza, en palabras de Hernández y Mendoza (2018) es un “conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema con el resultado (o el objetivo) de ampliar su conocimiento” (p. 4), de este modo, se ha de establecer un enfoque ya sea cualitativo, cuantitativo o mixto, desde el cual se trace la ruta adecuada para iniciar la investigación en pro de llevar a cabo una idea que genere un conocimiento.

 

En esta misma línea, Briones (1996) afirma que “los conocimientos generados por una investigación en particular se unen a otros conocimientos ya existentes, acumulados durante mucho tiempo por otros investigadores, sea en la forma de un aporte original o como confirmación o refutación de hallazgos ya existentes” (p. 17), dicho de otra manera, la investigación lleva a generar cambio y/o ampliaciones en el conocimiento que existe o bien establece uno nuevo de interés para la comunidad en la que se está realizando el estudio.

 

Debido a lo anterior, se determina la relación directa entre la epistemología y la investigación, en tanto que la primera se enfoca en los fundamentos del conocimiento y, la segunda, genera nuevos conocimientos o bien reafirma o contradice los que existen. De esta manera, es de vital importancia establecer el enfoque investigativo, que se puede comprender “como un concepto amplio derivado del campo visual de la óptica, ..., que permiten dar cuenta de distintas construcciones para ver la realidad e intervenir en ella” (Kisnerman, 1998, p. 62), desde esta perspectiva, se podrá definir la corriente epistemológica adecuada para llevar a cabo el estudio propuesto.

 

En consecuencia, la epistemología se presenta como una ruta de trabajo para el investigador, debido a que enfoca su atención en la corriente idónea para definir el modelo, paradigma, enfoque y método conveniente para el desarrollo de su investigación. Por tanto, se debe adentrar en las teorías del conocimiento que se han ido estableciendo a lo largo de la historia para tomar una postura certera en el proceso investigativo.

 

UNA APROXIMACIÓN A LAS TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO A PARTIR DE LA EPISTEMOLOGÍA

Tomando en consideración la importancia de la epistemología y su incidencia en la investigación, se han presentado diversas discusiones en torno a la posibilidad, el origen y la esencia del conocimiento, dando apertura a diferentes teorías que pretenden explicar su naturaleza. En este sentido, Navarro (2014) define la teoría del conocimiento como “una explicación o interpretación especulativa del conocimiento humano” (p. 32), es decir, las teorías del conocimiento surgen de las posibles relaciones que establece el ser humano entre sujeto-objeto-imagen.

 

Ahora bien, acorde con la perspectiva de Hessen (2007) las teorías del conocimiento pueden ser agrupadas según la posibilidad del conocimiento (dogmatismo, escepticismo, subjetivismo, relativismo, pragmatismo y criticismo), el origen del conocimiento (racionalismo, empirismo, intelectualismo y apriorismo) y, la esencia del conocimiento (objetivismo, subjetivismo, realismo, idealismo y fenomenalismo).

 

El dogmatismo según Hessen (2007) “da por supuesta la posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto” (p. 18), es decir, que este asume ciertos principios o doctrinas de forma absoluta y, por ello, no admite ningún cuestionamiento; en otras palabras, el sujeto si aprehende del objeto haciendo uso de la razón y mostrando la importancia de conocer cada uno de los hechos. Por su parte, el escepticismo lleva al sujeto a cavilar, examinar o dudar (Nava, 2016), desde este supuesto filosófico se puede negar la posibilidad del conocimiento, en este sentido, el sujeto no aprehende del objeto y, por consiguiente, no existe un conocimiento veraz y objetivo dado que todo puede ser puesto en duda y, por tanto, ser refutado.

 

En cuanto al subjetivismo, este busca que cada sujeto determiné al objeto teniendo en cuenta la naturalidad de su realidad y, allí, defina una percepción de lo que la mente piensa, limitando la validez de la verdad en el sujeto pues es quien la conoce y, a su vez, la juzga (Hessen, 2007), este puede ser tanto el sujeto individual o el individuo humano, como el sujeto general o el género humano. Por otra parte, para Kelsen (1992), el relativismo surge de la idea de que “la realidad solo existe dentro de los límites del conocimiento humano” (p. 115), lo que indica que cualquier conocimiento debe llegar a demostrar una verdad, que es plausible únicamente bajo la perspectiva del sujeto que la contempla, en otras palabras, el relativismo corresponde a aquella perspectiva que tiene el ser humano frente a su propia realidad.

 

Así mismo, el pragmatismo, según Barrena (2014), “tiene que ver con lo práctico en el sentido de lo que es experimental o capaz de ser probado en la acción,” (p. 4), dicho de otra manera, busca establecer, por medio de la práctica, un verdadero conocimiento tomando en consideración al sujeto quien es lo realmente importante y útil. Respecto al criticismo, este afirma que el hombre puede acceder al conocimiento, pero no en esencia, puesto que cada persona siente y piensa diferente, por ello, la verdad cambia teniendo en cuenta cada uno de los momentos y circunstancias propias, en palabras de Hessen (2007) es el “método que da la esperanza de llegar a la certeza” (p. 24), por tanto, todo conocimiento tiene cierta utilidad y debe ser usado por la razón.

 

En el caso del racionalismo, de acuerdo con Nava (2017), busca “resolver la dificultad sobre el origen del conocimiento, concediendo, a partir de su razón, que todos los saberes proceden del alma, mente, cerebro o inteligencia de los seres humanos” (p. 176 ) esto implica que para el racionalismo, la base del conocimiento humano es la razón en el pensamiento; en cambio, en el empirismo, se afirma que la única fuente del conocimiento es la experiencia que el sujeto tiene en su relación con el objeto, aplicando sus sentires, emociones y percepciones mediante los diferentes sentidos humanos.

 

De igual manera, el intelectualismo se presenta como una explicación del origen del conocimiento, que surge inicialmente desde la experiencia y, luego, haciendo uso de la razón, debido a que los sujetos primero se dejan llevar por las sensaciones e impresiones y, después, aplican el razonamiento o la reflexión acorde con su propia formación, tanto a nivel académico como espiritual (Nava, 2017). Asimismo, el apriorismo, busca una mediación entre el racionalismo y el empirismo, puesto que considera que, para que exista un conocimiento, se debe partir de una idea, que surge del pensamiento del sujeto, y que, posteriormente, se puede vivenciar o experimentar.

 

Cabe resaltar que, las teorías del conocimiento no sólo indagan acerca de origen del mismo, se preocupan también por explicar la esencia de éste, proponiendo diferentes formas de solución, por una parte, las pre-metafísicas y, por otra, las metafísicas, en este sentido, el objetivismo determina una estimación filosófica acerca de los hechos sin contemplar al sujeto en sí, lo que implica que los conocimientos son independientes de las creencias del sujeto, generalmente se encamina mediante los métodos conductistas, lo que lleva a determinar la realidad desde una perspectiva generalizada de acuerdo con los hechos presentados (Nava, 2017).

 

Entre las soluciones metafísicas, se encuentra el realismo, el idealismo y el fenomenalismo, los tres encaminados a dar una respuesta sobre la relación entre el objeto y el sujeto. De esta manera, el realismo se basa en la existencia de estas relaciones única y exclusivamente si hay objetos reales que la pueden sustentar, las cuales se presentan desde una existencia propia, sin importar las concepciones de la conciencia que el sujeto pueda presentar sobre el objeto. El idealismo, por otra parte, determina que la relación entre objeto y sujeto está ligada a la conciencia de este último, debido a que los objetos no tendrían sentido a menos que sean un elemento consciente o percibido con anterioridad por el sujeto.

 

Del mismo modo, el fenomenalismo, surge como un camino intermedio entre los dos anteriores, puesto que, los objetos que rodean al sujeto no son propiamente como se ven, sino que tienen una connotación diferente según la percepción que se tiene de las mismas, bajo aspectos a priori determinados a partir de la sociedad, la cultura, las creencias, entre otros elementos que inducen a la categorización de las cosas.

 

Por último, es de mencionar que una aproximación a las teorías del conocimiento, desde una mirada epistemológica, lleva a apreciar que pueden ser el punto de partida para los modelos epistémicos puesto que, es gracias a ellas, que se da el preámbulo a los procesos cognoscitivos que tiene el ser humano frente a sus creencias, concepciones y percepciones de los objetos y de los sujetos que le rodean, siendo paralelo, a su vez, en la concepción humana del mundo buscando aceptar y validar, mediante la investigación, los interrogantes o hechos nuevos encaminados a conocer los diversos principios y leyes que sustentan su propia realidad.

 

DE LAS TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO A LOS MODELOS EPISTÉMICOS

Las teorías del conocimiento se constituyen en una forma de comprender la realidad desde diversas perspectivas, de modo que las personas adoptan diferentes posturas que llevan a la construcción o reformulación de un conocimiento. No obstante, este proceso no se origina de la nada, nace de un planteamiento, idea o situación problemática que se presenta dentro de una realidad determinada. De allí, surge la necesidad de emplear modelos epistémicos que encaminen a las investigaciones planteadas para dar solución a las problemáticas propuestas.

 

De esta manera, los modelos epistémicos se definen como una representación del conocimiento que, dependiendo la teoría en la que se apoye, genera diferentes estrategias, interpretaciones, diseños o ajustes que se puedan aplicar dentro de la investigación o estudio propuesto, dando así, al investigador, la posibilidad de definir el camino más apropiado para el desarrollo de su proceso investigativo.

 

En este sentido, los modelos epistémicos se presentan como una “construcción teórico formal que fundamentada científicamente interpreta, diseña y ajusta la realidad filosófica y epistemológica que responde a una necesidad histórica concreta de la ciencia” (Ortiz, 2015,


p. 14), en otras palabras, se constituye como un modelo que permite la construcción de un nuevo conocimiento a partir de una investigación dentro de una realidad definida. Tomando en consideración estas relaciones entre la teoría del conocimiento y el modelo epistémico surgen algunos modelos, unos más representativos que otros, puesto que para algunos autores se considera que existen modelos epistémicos originarios y otros derivados (también llamados paradigmas), entre ellos están: positivismo, pragmatismo, pragmatismo sociológico, materialismo dialéctico, estructuralismo, empirismo, fenomenología y racionalismo.

 

Aunque algunos modelos sean originarios y otros derivados, su importancia dentro de la investigación es considerable, teniendo en cuenta que son, precisamente, los que direccionan el actuar del investigador. Para el caso del positivismo según Hurtado (2010), es una corriente filosófica explicada por Augusto Comte (1798 – 1857) y se desarrolla en las ciencias naturales; claro está que la investigación, para el positivismo, es considerada como un proceso sistémico, en la medida en que existe un método riguroso; controlado, porque hay un seguimiento de variables; empírico, puesto que se basa en el experimento; amoral, dado que la investigación no tiene relación con la cultura ni con los valores, es decir, es objetiva; pública, pues siempre es comunicado y sometido a la crítica; y de fenómenos naturales, ya que nace en el campo de las ciencias y la física guiado por la teoría y por las hipótesis sobre presuntas relaciones entre otros fenómenos. Es por ello, que se puede concluir que investigar es verificar; cabe resaltar que el modelo del positivismo parte del planteamiento de un problema que se expresa en forma de pregunta la cual debe formular una relación causa- efecto y, a su vez, ser verificable y comprobable; posteriormente, se debe realizar un proceso de hipótesis, que se presenta como una respuesta tentativa a la pregunta de investigación; seguido por el experimento, es decir, la intervención controlada y, finalmente, la verificación que es la confirmación de la hipótesis propuesta.

 

Ahora bien, el pragmatismo “es una corriente filosófica idealista y subjetiva que considera la verdad desde el punto de vista de la utilidad social” (Rizo, 2008, p. 3), es decir, determina que el sentido del conocimiento está en la acción o en la práctica, por consiguiente, la teoría es importante y significativa en la medida que puede ser útil y resuelve algún problema; así mismo, el método utilizado es la investigación acción, por lo tanto, se basa en el diagnóstico de una problemática social que afecta a un determinado grupo de personas, se propone y ejecuta un plan de acción que responde a estas necesidades para encontrar su solución, realizando cambios en el plan propuesto de ser necesario.

 

Por otro lado, el pragmatismo sociológico derivado del materialismo histórico también hace énfasis en la práctica, pero su diferencia radica en el método que utiliza, que es la investigación acción participativa “la justificación del conocimiento está en su vinculación con la praxis social concreta” (Hurtado, 2010, p. 42), por tanto, busca que los investigadores estudien su propia problemática puesto que tienen la capacidad de generar cambios sociales concretos, entendiendo así a la investigación como un proceso de transformación; el método utilizado en este modelo consta de cinco etapas: la exploración, la descripción de la problemática, la explicación de los factores responsables del problema, la elaboración de la estrategia y la ejecución del plan de acción. Lo anterior con la intención de dar solución a la problemática identificada.

 

Por su parte, el materialismo, centra la mirada en la concepción de que lo único real debe ser material, de manera que los seres vivos son objetos de estudio debido a que están compuestos de pequeñas partículas que se pueden reorganizar para formar nuevas estructuras (Ortiz, 2015). Este modelo, lleva al investigador a analizar su estudio desde las concepciones materiales o corporales que aportan datos permitiendo su reestructuración para generar nuevos conocimientos. De esta idea, en particular, surge también el materialismo dialéctico, puesto que establece que los cambios en una realidad son constantes, además, se deben a la causa de alguna acción (Hurtado, 2010), en este sentido, el método se basa en tres procesos: de descripción, respecto de lo que ocurre en el entorno; de análisis y abstracción, realizando un estudio dialéctico de las condiciones sociales y, finalmente, de explicación, con base en las posturas teóricas desarrolladas. Por tanto, el estudio de este modelo se realiza frente a las condiciones materiales de las personas y sus hechos históricos respecto de su propia economía.

 

En cuanto al estructuralismo, se presenta como un modelo epistémico que busca explicar que un cambio en cualquiera de los pasos de la investigación repercute dentro de la misma, llevando al investigador a crear estructuras que puedan explicar lo que observa y a que tome decisión frente a los posibles cambios que se presenten durante el estudio (Hurtado, 2010), lo anterior encaminado a dilucidar un nuevo camino para construir conocimiento o bien reestructurar los que ya existen, en otras palabras, el estructuralismo busca que el investigador interprete la realidad a partir de las relaciones que pueden establecer y las estructuras que llegue a generar, su método se basa en la observación de lo real, seguido de un análisis y la explicación de la misma y, finaliza, con un nuevo constructo teórico.

 

Asimismo, el empirismo, parte de la premisa de que sus fundamentos se presentan desde la experiencia, es decir, considera que cualquier evento de la realidad puede producir conocimientos siempre y cuando se pueda comprobar o verificar desde su propia experimentación (Ortiz, 2015). Al llevar a cabo una investigación desde este modelo, se espera que el investigador pueda realizar procesos inductivos en pro de alcanzar el conocimiento que desea construir o bien la teoría que se va a desarrollar. Por ende, se puede deducir que investigar es describir la realidad a partir de los hechos concretos que parten de la observación, realizando una descripción, clasificación, identificación y generalización en los cuales se construyen los conceptos generales y las leyes, a partir de regularidades, generando así un conocimiento descriptivo.

 

En la fenomenología, Bolio (2012) afirma que, se “reivindica la perspectiva del sujeto y se opone a la falta de voluntad y de método de diversas escuelas para esclarecer la intencionalidad” (p. 2), en otras palabras, es el estudio de la subjetividad puesto que indaga la vivencia de otros dentro de un fenómeno específico considerando el punto de vista de los participantes, y es allí donde el investigador se convierte en una parte del proceso investigativo realizando la descripción y análisis de dichas vivencias. Así su método se centra en la descripción del evento, la reducción de la misma a partir de las posturas teóricas del investigador y, la búsqueda de esencias, relacionando el evento con la naturaleza universal.

 

En otro sentido, se encuentra el racionalismo, en el que se establece que no es la experiencia sino la razón la que puede verificar una teoría, de esta forma, se parte de que las ideas y su organización son las que pueden verificar un proceso investigativo (Hurtado, 2010), de ahí que, el racionalismo busca que el investigador deje de lado sus sentidos puesto que propone que al delimitarse a ellos se pueden crear confusiones y dudas al momento de la ejecución de la investigación, por tanto, es vital centrarse en lo que es demostrable a partir de la ciencia y de los razonamientos en torno a ella. Su método se basa en el planteamiento de razonamientos lógicos, que parten de proposiciones, derivadas de conjeturas iniciales, dentro de una realidad específica para llegar a la construcción de un conocimiento.

 

Cabe destacar que, en todos los modelos expuestos, existen diferentes etapas o parámetros que son comunes en cada uno de ellos: formular interrogantes, justificar la investigación, sustentar con teorías, precisar la factibilidad y planificar la investigación, recoger y analizar la información y, evaluar la investigación (Hurtado, 2010), de esta manera, surge un nuevo modelo, conocido como holístico, que permite proponer ciertas fases dentro de la investigación (comparativa, explicativa, predictiva, proyectiva, interactiva, confirmatoria, evaluativa y exploratoria), dando la posibilidad al investigador de iniciar en cualquiera de ellas de acuerdo con los estudios previos o las necesidades propias de su proceso investigativo.


 

Por ello, el investigar es un proceso que involucra diferentes niveles de complejidad y profundidad en el que existen ciertos principios del devenir: el perceptual, que sitúa la exploración y la descripción; el aprehensivo, donde se ubica el análisis y la comparación; el comprensivo, donde se ejecuta la predicción y la proposición y, finalmente, el integrativo, que modifica, confirma y evalúa; es de mencionar que la comprensión holística permite trabajar coherentemente cualquier nivel de conocimiento siendo así un sintagma de los diferentes paradigmas en la investigación que varía de acuerdo al proceso de la misma.

 

A modo de resumen, se resalta que los modelos epistémicos son considerados desde ciertas posturas filosóficas que buscan dar respuesta a los múltiples interrogantes del ser humano ¿qué, cómo, cuándo, quién, para qué y por qué se conoce?, generando así las pautas de partida para que el investigador examine a profundidad el entorno o las diversas circunstancias que influyen dentro de su proceso investigativo, identificando su problema, determinando y ejecutando el plan de acción y evaluando el impacto del mismo dentro de la realidad estudiada.

 

CONCLUSIONES

Dentro de la investigación es importante dar una mirada a la epistemología puesto que se ocupa del estudio del conocimiento, desde ella se puede definir cómo fue obtenido y cuál es su validez, estableciendo además los procesos que llevan a generar nuevos conocimientos a partir de diversas posturas teóricas que permiten validarlos, comprobarlos y sustentarlos. No obstante, existen investigadores que no la toman en consideración, debido a que establecen que dentro del proceso de investigación esta postura ya está inmersa y, por ello, no es necesaria para realizar un acercamiento al problema y menos para definir el proceso investigativo.

 

Ahora bien, es fundamental tener presente que a partir de esta concepción epistemológica se originan las teorías de conocimiento, que centran su atención en la posibilidad, origen y esencia del conocimiento en sí, basados en la concepción humana, para ordenar los procesos, esquemas y datos, de tal forma que se pueda validar determinado conocimiento de modo riguroso ante la comunidad científica.

 

Y es, justamente, desde estas teorías del conocimiento que se desprenden los modelos epistémicos, pues ofrecen bases teóricas suficientes para establecer pautas de investigación, en este sentido, se ha presentado que algunos modelos, por sus generalidades, podrían tomar el enfoque cualitativo o cuantitativo, por ejemplo, el materialismo y el positivismo pueden ser cuantitativos debido a que apuntan a los estudios de la realidad de una forma experimental con datos específicos y reales, mientras que, el racionalismo y el estructuralismo pueden ser cualitativos, puesto que priorizan el conocimiento y develan nuevas formas de análisis a partir de la aplicación de métodos deductivos. Sin embargo, es de aclarar que, si bien los modelos epistémicos direccionan al investigador en torno a los aspectos, ideas y factores relevantes como la recolección y análisis de datos, estos no siempre se pueden categorizar en dichos enfoques, puesto que es el propio investigador quien puede establecer el método de recolección más apropiado frente a su proceso investigativo.

 

En definitiva, para llevar a cabo cualquier tipo de proceso investigativo es necesario tomar una postura epistemológica y, desde allí, definir la teoría del conocimiento y el modelo epistémico apropiados acorde con los propósitos, la realidad y la problemática a solucionar en la investigación sin dejar de lado las diferentes perspectivas y autonomía que tiene el investigador.

 

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DIALOGUS ISSN Impreso:2519-0083. ISSN Electrónico:2644-3996. Año 5. Número 7. Junio - Noviembre 2021