UTOPÍA-DISTOPÍA: RETOS PARA LA MODERNIZACIÓN EDUCATIVA
Fecha de recepción: 21/09/2017 Fecha de revisión: 03/10/2017 Fecha de aceptación: 13/10/2017
RESUMEN
Existen grandes contradicciones entre el ideal de modernización y la realidad que acontece en nuestro mundo globalizado. El progreso se da en forma desigual y la incertidumbre se apodera del futuro. En esa perspectiva un tanto pesimista aparece la noción de modernidad líquida, a la que alude Zygmunt Bauman, un espacio de incertidumbre y vacío, una transformación incesante de lo que antes era estable y sólido. Pero es en la crisis de valores, de la sociedad y la cultura, es en esta esta ambivalencia aparentemente infranqueable entre la utopía y la distopía del concepto de modernización en donde se puede pensar en una opción con el poder transformador necesario para enfrentar el miedo: la educación. Esta requiere repensar sus objetivos, procesos y la participación de sus actores. Su capacidad de reinventarse, adaptarse, hacer frente a la situación y propender por una formación de individuos capaces de reconocer su devenir histórico, social, político, cultural. La educación se erige como una opción para alcanzar una modernización desde centro mismo de la sociedad con una conciencia humanista y con la posibilidad de librar la batalla contra la desesperanza.
Palabras clave: Modernización, utopía, distopía, modernidad líquida, educación.
UTOPIA-DYSTOPIA: CHALLENGES FOR EDUCATIONAL MODERNIZATION
ABSTRACT
There are great contradictions between the ideal of modernization and what really happens in our globalized world. Progress takes place in an unequal way and uncertainty takes over the future. In this negative perspective, Zygmunt Bauman presents the idea of liquid modernity which refers to a space of uncertainty and emptiness, a continuous transformation of what used to be stable and solid. But it is in the crisis of values, of society and culture, in this this apparent and insuperable ambivalence between the utopia and the dystopia of the concept of modernization where it is possible to think about an option of power able to transform and face the fear: Education. This requires rethinking its objectives, processes and the participation of its actors. Their ability to reinvent themselves, adapt, deal the situation, and strive for a formation of individuals who are able to recognize their historical, social, political, and cultural becoming. Education stands as an option to achieve a modernization from inside society with a conscience of humanism and the possibility of fighting the battle against despair.
Key words: Modernization, utopia, dystopia, liquid modernity, education.
“El mundo necesita otra revolución u otro cambio para corregir su curso autodestructivo. Sin embargo nadie sabe cómo ha de realizarse este cambio. Todos los intentos revolucionarios añadidos han fracasado horriblemente”.
Sloterdijk
INTRODUCCIÓN
La modernización es definida como un tránsito, un paso necesario para transformar estructuras y formas que lleven al objeto a un renombramiento como objeto moderno. Pero la modernización no sólo se refiere al cambio de las instituciones o del Estado. Ésta solo puede ser el resultado de trasformaciones sociales de manera que se modifiquen no sólo lo superficial sino también las maneras de pensar y de actuar (Saboya, 2006). De manera que la modernidad intenta crear unos hábitos y comportamientos permanentes mediante la cohesión social y la producción de bienes teniendo en cuenta las demandas sociales.
El anterior concepto de modernización podría estar apuntando hacia un ideal, una utopía de lo que debería ser este proceso en los términos más optimistas. Pero si se contrasta esta definición con las realidades que experimenta el mundo globalizado tal vez nos encontremos con situaciones que rebasan algunos de los supuestos de lo moderno. La perspectiva de aldea global de la que nos habla Mcluhan presenta sus riesgos: “apertura, saturación informativa, desprotección ciudadana, información-publicidad-propaganda, la manipulación inadvertida, difusión de estereotipos, conocimiento fragmentado, pasividad y aislamiento virtual” (Pérez en Tejada, 2000, p. 3). El avance tecnológico y los medios de comunicación contribuyen a aumentar la desigualdad social, el culto al cuerpo y al placer, la migración, el individualismo. Entonces los riesgos se hacen cada vez más tangibles; si damos un vistazo a las tendencias informativas de los últimos tiempos escucharemos en los discursos palabras como fundamentalismo, nacionalismo extremo, manipulación de los medios de comunicación y de la publicidad, fragmentación del conocimiento, aislamiento, xenofobia, deshumanización. En palabras de León: “la globalización no está produciendo progreso y desarrollo de forma uniforme sino de forma desigual, fragmentada y por demás inequitativa” (La educación en el contexto de la globalización, 2004).
Esa visión se parece más a la conceptualización que hace Zigmunt Bauman de la modernidad. En esta lo sólido se desvanece: las instituciones, la realidad, el conocimiento, la esencia de lo humano. Surgen nuevas características de la sociedad moderna y por ende de sus formas y manifestaciones: la inestabilidad, la fluidez, la velocidad, la impaciencia, la incertidumbre. La fluidez impone cambios a la condición humana, la política, la cultura misma. Es en esta perspectiva que aparece la exigencia de repensar los viejos conceptos que estructuraban el discurso histórico (2000).
En esta versión sombría de la modernización podemos imaginar las escenas de los clásicos literarios de distopía: Un mundo feliz, de Huxley, 1984 de Orwell o escenas del la película V de Vendetta, basada en el libro de Moore. El mundo globalizado pareciera avanzar en la dirección del panóptico (metáfora foucaultiana) que habla de extender el poder de la modernidad como forma de vigilancia y castigo, donde los reclusos son oprimidos, dominados y rutinizados (por la minoría poderosa) y que requiere, para lograr su objetivo, romper vínculos sociales, humanos, culturales. “En el mundo de la modernidad líquida, la solidez de las cosas, como ocurre con la solidez de los vínculos humanos, se interpreta como una amenaza. Cualquier juramento de lealtad, cualquier compromiso a largo plazo (y mucho más un compromiso eterno) auguran un futuro cargado de obligaciones”. (Bauman, Los retos de la educación en la modernidad líquida, 2008).
Nos encontramos entonces en la encrucijada de la definición de modernización (como proceso de tránsito hacia la modernidad). Por consiguiente, es necesario repensar la modernización desde una propuesta que recupere en algo el sentido de la misma en términos de alcanzar objetivos en beneficio del colectivo social. La globalización está aquí y ahora y sus efectos son inevitables. Los que nos pone en el lugar de asumir la complejidad de los nuevos paradigmas y lograr cambios verdaderos partiendo de la formación integral de individuos libres, autónomos, dueños de su destino, pero con ética social, participativos, que empiecen a transformar desde el seno mismo de la sociedad la estructura y la forma, mediante el establecimiento de comportamientos habituales, una cultura que incluya a toda la población. (Saboya, 2006). De esta manera las acciones particulares podrán incidir desde adentro hacia afuera, en la sociedad, en el Estado y sus instituciones.
¿Cómo podríamos equilibrar o encontrar un punto medio entre la visión ideal de modernización o el mundo caótico de la ficción que se parece cada vez más a la realidad?
Arriesgaría que la respuesta es la educación.
Es necesario, entonces reconfigurar la mirada, empezar a construir una cultura que parta de un proceso humanista que se sustente en la investigación, en la racionalidad axiológica, la ética, la autocrítica y que permita la relación del aprendizajes cooperativos y solidarios desde el aula. (Tapiero, 2004).
En estos términos, la clave para una modernización es la educación. Lo anterior implica una revisión de los currículos, de las formas de enseñanza, de los roles de maestros y alumnos, la adaptación, la flexibilidad, la innovación. Una reinvención de la educación que dé cuenta de los retos y de la liquidez de los tiempos: “El mundo contemporáneo exige: educación con calidad y equidad, pertinente, perteneciente e internacionalizada, que tenga en cuenta el desarrollo humano, la relación del hombre con la sociedad y la naturaleza, la relación con el mundo del trabajo y la investigación”. (León, 2004) .
Contemplando la realidad cambiante el gobierno nacional colombiano ha intentado, la implementación proyectos de modernización, como alternativas para combatir los bajos resultados, la falta de cobertura y los niveles de deserción. Por ejemplo, en el proyecto de modernización del MEN se establece que cada individuo tiene su rol para lograr el objetivo de la modernización y se resalta la importancia de la acción que cada uno de los individuos juega en el proceso planificar, verificar, cambiar la actitud, crear hábitos para lograr el proyecto la transversalidad la estructura talento humano. (Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, 1998).
De igual manera el MEN establece el propuesta de “Revolución Educativa” cuyo objetivo es crear las condiciones que permitan dar a todos los colombianos una educación de calidad que se convierta en un factor para el progreso y la modernización del país”. (MEN, 2010, p.43). Se apunta la necesidad de crear condiciones transformación significativa de la que todos son protagonistas; educación crea condiciones proyecto de vida conectado con las necesidades de la nación potenciar competencia es necesaria la inversión certificación de procesos, participación democrática.
Es necesario seguir avanzando, desde la educación en la preparación de los ciudadanos para la competitividad, la investigación, la racionalidad axiológica, de manera que el progreso apunte siempre al sentido del humanismo, esto es que el desarrollo económico sirva al hombre y no solamente en el sentido contrario. Las instituciones educativas y los procesos de modernización deben dar cuenta de las necesidades sociales, deben formar en nuevas competencias, impulsar los talentos individuales, pensamiento crítico y propositivo, orientar un currículo pertinente (con evaluación permanente de los procesos de enseñanza y aprendizaje) y con la responsabilidad frente a la solución de problemáticas de la sociedad (como el medio ambiente, la paz, la desigualdad, etc.).
La educación es, o puede ser, el eslabón que permita pensar en la posibilidad de un mundo con la esperanza, un punto entre la utopía y la distopía, la posibilidad de una modernización más justa, más humana.
ARREDONDO, V. (1991). Perspectivas y retos de la modernizacion de la educacion superior. Revista de la educación superior, 1-6.
BAUMAN, Z. (2000). Modernidad líquida. Buenos Aires : Fondo de cultura económica.
BAUMAN, Z. (2008). Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona: Gedisa.
DNP. (2015). Bases Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018. Bogotá: Departamento Nacional de Planeación.
LEÓN, G. (2004). La educación en el contexto de la globalización. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, 343-354.
MEN. (2010). Revolución educativa 2002-2010, acciones y lecciones. Bogotá : Panamericana .
MISIÓN DE CIENCIA, EDUCACIÓN Y DESARROLLO. ( 1998). Colombia al filo de la oportunidad. Bogotá: Magisterio.
OCDE. (20 de Enero de 2016). Plan decenal de educación 2016-2026 . Obtenido de http://www.plandecenal.edu.co/cms/media/herramientas/oecd_educacion_en_colombia_aspectos.pdf
SABOYA, F. (2006). La modernización del estado: concepto, contenido y aplicaciones posibles. Diálogos de saberes, 357-376.
TAPIERO, E. (2004). Aspectos básicos de la modernización institucional del sistema educativo colombiano. Revista Educación y Pedagogía, 16(38), 101-117.
TEJADA, J. (2000). La educación en el marco de una sociedad global: algunos principios y nuevas exigencias. Profesorado, revista de curriculum y formación del profesorado, 1-13.