EDITORIAL


Ante los preocupados por saber, siento complacencia al poder presentar la nueva revista con que la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, testimonia su inquebrantable fe en el impacto transformador de la educación.

Además de valorar el educar en sí, se aspira a una consagración de la verdad como su eje y como propósito ambientador de esta revista. Que la verdad se busque y que fluya, animando toda su temporalidad, de modo que vivifique los espacios, los claustros, los cenáculos, en donde sus temáticas tengan el poder de convocar.

Hemos  bautizado este nuevo esfuerzo con el nombre de   DIALOGUS  en homenaje a esa misma verdad, que nos reta hoy, como retó siglos atrás, a los grandes que nos precedieron y que justamente entendieron que la verdad es hija de la búsqueda, del esfuerzo plural, de la comunicación, del contacto, del encuentro, del respeto, de la tolerancia, del compromiso, de la buena disposición, del conciliar con otro o con otros, movidos por la inquietud que enriquece, hace crecer y enciende el entusiasmo.

¿Qué dice hace 400 años lo que hizo Sócrates?  y ¿qué sabemos, hizo Platón?

Maestro y discípulo sufrían del mismo mal: amor por la verdad.

 

Pero ¿cómo llegar a ella y cómo lograrla?

Maestro y discípulo se lo plantearon. Y la respuesta fue: Diálogo, Diálogo y más Diálogo.

Ellos hacen del hablar entre varios una estrategia; una extraordinaria herramienta. Crean un novedoso método que con naturalidad, con confianza y a veces hasta con ironía crea confluencias que van purificando, liberando del error y acercando las mentes a la verdad buscada.

Maestro y discípulo, apoyándose en un estilo literario, nos brindan un abordaje nuevo para el esclarecimiento de la realidad. Ya no en solitario; será en lo sucesivo, el mismo hombre, pero en compañía con otro u otros y juntos, en equipo, buscarán esa clase de acercamientos que por su claridad y solidez parecen calmar la innata pasión humana por saber.

Si el hombre es al decir de Kant, lo que de él hace la educación, la tarea es inmensa, única. La responsabilidad que sobre educadores e instituciones cae es como ninguna, trascendente. Valdría la pena una reflexión en torno al papel del diálogo en ella; al manejo que en esta sociedad de aislados y solitarios, nuestros educadores hacen de él.

Ojalá que visitantes de DIALOGUS nos muestren la cara o caras desconocidas de esta importante herramienta, quizás hoy en olvido, a pesar de sus históricos frutos asentados en el clasicismo.

Esperamos que esta revista abra nuevas formas de colaboración, de comunicación, de inclusión; que sirva de impulso a temáticas nuevas signada por responsabilidad en el compartir y por mantener, a toda costa, el propósito de que el diálogo es un dar, con respeto, para enriquecer y así juntos poder avanzar.

 

 Si para la unidad, para el entendimiento y para los afectos es tan protagónico el papel del diálogo, la UMECIT, consciente de todo ello, con su permanente voluntad de servir, invita a que las páginas de DIALOGUS, sean destino seguro para que maestros, profesores, instructores, facilitadores, investigadores, de nuestro mundo amigo, dejen caer en ellas sus experiencias, sus vivencias, con sinsabores y con logros recalcar el valor del diálogo como compromiso tolerante y respetuoso, vía de confluencias y sobretodo espacio común e  impulsor de nuevas inquietudes.